enlace a la tienda del jardin

jueves, 1 de diciembre de 2016

Trucos contra las heladas

Fuente: By Philipp Mayer (Propio trabajo)
  CC BY-SA 2.5-2.0-1.0, via Wikimedia Commons
Las heladas con las que nos despertamos todas las mañanas tienen un resultado nefasto sobre las plantas expuestas a sus efectos. Aunque tus plantas estén adaptadas a estas condiciones, se ven dañadas por ellas y debes extremar los cuidados. Si tus plantas son algo más delicadas,
Las heladas se producen cuando las temperaturas son muy bajas y durante la noche la humedad ambiental y el rocío se congelan. Como explicamos en el post anterior hay distintos tipos de heladas, que dependiendo de la intensidad, la humedad y la duración serán más o menos dañinas.

La menos dañina es la escarcha, cuando sólo se hiela la superficie de las plantas. Si tus plantas están aclimatadas los daños por el hielo no serán muchos y tendrás que preocuparte más por la humedad. Si tienes plantas sensibles y frágiles no sólo el frío será un problema, sino que el peso del hielo formado las puede romper.

Si las temperaturas bajan lo suficiente, el frío hace que el agua del interior de las células de tus plantas se congele y los tejidos se dañen desde dentro. Aunque no veas hielo en la superficie (si hay poca humedad en el ambiente no se formará) el daño está hecho. Para evitar los daños que producen estas heladas negras es mejor que si anuncian temperaturas muy bajas y la humedad esta por debajo del 60% riegues un poco antes de la noche. Curiosamente al congelarse el agua en el exterior de la planta, protegerás su interior. Eso sí nunca dejes el suelo mojado cuando anochezca ni riegues si la temperatura es inferior a 0ºC.

Otro peligro curiosamente es el sol, ya que si hay una rápida subida de temperaturas el deshielo es demasiado rápido y tus plantas también sufrirán. Por eso es el hielo y deshielo que se producen estos días de noches frías y mañanas de sol son tan peligrosos para tus plantas. Para evitar los problemas nada mejor que una buena cobertura de paja, arpillera, corteza… para abrigar el nacimiento de las plantas.
Para proteger la parte superior usa mantas de invernación o pantallas protectoras que protejan tus plantas del frío y sobre todo del viento.
Acuérdate de quitar suavemente la capa de escarcha para evitar el exceso de humedad.

Además de estas recomendaciones, hay algunos consejos que siempre pueden ayudar a complementar nuestra labor de protección. Todo lo que sea sumar es bienvenido: no orientar las macetas hacia el norte para evitar heladas más fuertes, no regar si la temperatura es inferior a cero grados ni dejar la tierra mojada cuando anochezca, los tallos externos se pueden atar (si se puede) a los del interior para que no queden tan expuestos al viento y al frío, o forrar una maceta grande con materiales aislantes e introducir en ella la maceta donde tengamos la planta.

Para proteger las plantas delicadas o jóvenes es mejor que las resguardes en el interior o en un invernadero. Resérvales los lugares cercanos a las ventas pero alejados tanto de las corrientes como de la calefacción.
Con las maceras que no puedas trasladar al interior puedes cuidar que no queden orientadas hacia el norte y protegidas del viento, del norte y del nordeste, sobre todo. Si puedes, ata los tallos externos a los del interior para que no queden tan expuestos a la intemperie.

Otro truco es forrar con material aislante una maceta grande, meter en su interior la maceta de tu planta, y usarla como base para anclar una estructura donde sujetar plástico de invernadero o una manta de invernación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario