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miércoles, 30 de marzo de 2016

Grandes jardines en pequeños espacios

No es necesario tener un jardín muy grande para que sea hermoso. Bien planificado, pude convertirse en un rincón hermoso y acogedor. Aunque parezca mentira, estos pequeños jardines exigen más planificación que un jardín más grande, sobre todo si quieres algo más que el típico rectángulo de césped con plantas alrededor. Hay una serie de trucos que para crear un gran jardín en pequeño espacio.


  • No recargues el espacio

En estos espacios, el mayor reto es aprovechar bien los escasos metros disponibles. Suelen ser jardines que se abarcan en un solo vistazo, todo está “a la vista”. Es muy fácil acabar creando un efecto agobiante.
En en cuenta el tamaño, en un espacio pequeño, todo debe ir a escala. Escoge plantas y objetos pequeños, arbustos pequeños y árboles de poco porte que no cierren mucho el espacio ni creen excesiva sombra.


  • Ten un plan.
Para no cometer errores, es mejor planificar cuidadosamente el jardín y tener muy claro el efecto final. Cómo vamos a usarlo y que queremos incluir en él. En principio, podemos incluir todo lo que nos gusta de los jardines más grandes, pero a escala y medido al milímetro (los muebles no deben ser muy grandes, una escultura puede convertirse en un punto focal pero cuidando de no recargar el espacio, se puede incluir una fuente siempre y cuando sea pequeña…).
Usa todos los trucos para aumentar la sensación de perspectiva:
  • Si tu jardín es corto, planifícalo de manera que sea más ancho en las zonas cercanas de la casa y se vaya estrechando según se aleja de la misma. Esto aumentará el efecto de profundidad.
  • Si tu jardín es estrecho, deberás acentuar las líneas horizontales, como por ejemplo con terrazas.
  • Las terrazas te permiten construir a diferentes niveles y hacer que el espacio parezca más grande; lo mismo que las formas sinuosas.
  • Crea un efecto de continuidad tomando elementos del paisaje de tus alrededores.
  • Evita los elementos que rompan la perspectiva, como los setos rectilíneos o muy densos.
  • Es mejor suprimir los caminos y pasos a fin de ganar espacio. En caso de ser necesario es mejor evitar las líneas rectas. Elige formas sinuosas que se pierdan entre las plantas o que se estrechen en la distancia para crear mayor profundidad.
  • Estudia las luces y sombras de tu jardín, para decidir que y donde plantar. Puedes aprovechar las sombras de invierno plantando árboles de hoja caduca que den sombra a la fachada suroeste en verano y que en invierno al perder las hojas, dejen pasar la luz.

  • Una asimetría ordenada es el mejor diseño.
El orden racionaliza el espacio, lo que permite crear sensación de amplitud. Todo debe estar bien delimitado, pero hay dos trucos que potencian el efecto: la asimetría, ya que contribuye a que surjan rincones secretos, y la disposición en diferentes niveles, creando terrazas que da profundidad al espacio.
Introduce elementos que rompan la continuidad visual, pequeñas sorpresas en cada rincón. Así al haber zonas del jardín que no se perciben a simple vista, crearás un efecto óptico que contribuye a dar sensación de profundidad.
Rompe las simetrías que crean efectos monótonos, alternar plantas altas y bajas, formas redondeadas con angulosas…


  • Crea un punto que focalice la atención.

Debes crear un punto que focalice la atención para crear un golpe de efecto que rompa los límites y refuerce la ilusión óptica de que el jardín es más grande de lo que “llegamos a ver”. Este punto puede ser una pérgola, una fuente, una escultura... algo que destaque. Es mejor que sea un único ornamento, para no recargar en exceso.
Una buena idea es incorporar un elemento con agua, como una fuente o un pequeño estanque. Además de refrescar el ambiente, el sonido del agua relaja y jugar con el reflejo puede ser muy interesante.


  • Crea espacios bien definidos.

Distribuye en sectores bien definidos para contribuir a crear una sensación de orden y amplitud. Todo tiene que estar encaminado a evitar las sensaciones agobiantes y a que el espacio parezca más amplio. Para ello, lo principal es despejar el espacio. Desplaza los elementos arquitectónicos (por ejemplo una pérgola...) y el mobiliario al perímetro. Una idea en jardines pequeños es que este no sea fijo, así cuando no lo necesites ganarás espacio.



  • Escoge cuidadosamente los elementos, materiales, colores y plantas que compondrán tu jardín; siempre apostando por la calidad.
Fuente: disenococinas.blogspot.com
En espacios limitados las plantas deben ser escogidas con mucho cuidado. Debes escoger especies que sean atractivas al menos durante la mitad del año (lantanas, madroños, arces japoneses, Nandina domestica, Pittosporum (existen variedades enanas), Coprosma…). Eligelas de diferentes tamaños y formas para evitar la monotonía y conjunta espacios de flores con espacios de follaje. No escojas plantas muy grandes.

Elige colores suaves, ya que un color demasiado fuerte en entornos pequeños, acorta el espacio. Los tonos claros crean sensación de amplitud, sobre todo en espacios pequeños sobre los que se proyectan muchas sombras (de edificios próximos, por ejemplo). Esta regla debe aplicarse tanto al color de las paredes, vallas y muros, pavimentos y muebles de jardín, como al de las plantas.
Puedes usar el color de las plantas para acentuar los efectos de profundidad en tu jardín:
Las plantas de colores fuertes y brillantes (rojos, naranjas ya amarillos) deben colocarse al frente. Las plantas de tonos azules y violetas deben colocarse en la zona más alejadas del jardín para crear efecto de profundidad.
Igualmente, coloca las plantas con hojas de mayor tamaño cerca de la entrada y las de menor más alejadas. Conseguirás mayor profundidad.

Una buena base son las perennifolias, tanto árboles y arbustos como herbáceas, que tengan buen invierno y garanticen color todo el año.

Evita las plantas de crecimiento rápido, pues pueden descontrolarse con facilidad e invadir todo el jardín. Cuidado con las trepadoras, escoge especies no demasiado volubles, que crezcan muy pegadas a la pared, como las hiedras; incluso árboles y arbustos en espalderas. Es mejor que escojas plantas de crecimiento lento, que garanticen formas más ordenadas y reduzcan el trabajo de mantenimiento.

Planifica los arriates con un solo tipo de flor, eso sí reflorecientes, como las alegrías (Impatiens), o de distintas flores en la misma gama tonal.
Una buena elección son las gramíneas, que tienen un bello otoño e invierno y no necesitan mantenimiento; incluso bambú, aunque bajo estricto control; o el Phormium, de hojas como espadas, aunque siempre en sus variedades enanas.
Las plantas aromáticas son siempre una buena elección. A su belleza se une las fragancias que convertirán tu jardín en un entorno encantador.

Los árboles y arbustos deberá de ser de pequeño porte. Deberás podarlos con frecuencia para que no invadan el espacio. Lo árboles es preferible que sean de hoja caduca para que entre el sol en invierno. Una buena elección es escoger entre los árboles de porte columnar o piramidal, el ciprés (Cupressus sempervirens), el carpe (Carpinus betulus), o el ginkgo (Ginkgo biloba).
Si buscas árboles de flor, puedes escoger entre el árbol del amor (Cercis siliquastrum), la mimosa (Acacia dealbata), la albizia (Albizia julibrissin), el cerezo japonés (Prunus serrulata), el manzano de flor (Malus floribunda), la magnolia de hoja caduca (Magnolia soulangiana), el majuelo (Crataegus laevigata y Crataegus monogyna), el tamarindo (Tamarix parviflora), y el árbol de Júpiter (Lagerstroemia indica).
Ten cuidado con los ejemplares de hoja muy oscura (algunos Acer palmatum, Magnolia liliiflora, Cotinus ‘Royal Purple’), excepto si se ubican en zonas muy soleadas o en combinación con especies de tonos plateados, pueden cerrar demasiado el espacio.

Usa macetas y jardineras, así como cualquier soporte para plantar. Si juegas con sus colores y texturas puedes conseguir efectos muy interesantes
Puedes colocar un poco de césped o de tapizantes si no van a estar sometidas a mucho tránsito.

Para los espacios sin plantas lo que mejor funciona es una combinación de madera y piedra, creando entornos naturales y cálidos. También puedes proteger el terreno con cortezas de pino, áridos o gravas, traviesas de tren... Bolas de boj, matas rastreras como cojines, copas esféricas y rocas sobre las superficies de los áridos y el césped son detalles que singularizan cualquier jardín.

  • Aprovecha el espacio al máximo.

Planta en el perímetro, aprovecha las paredes y vallas para plantar trepadoras, y así evitas que el paisaje tenga límites definidos, pero ten cuidado, pues este tipo de plantas suelen ser bastante invasivas. Deberás mantenerlas controladas o invadirán todo el jardín.

Cuelga macetas en las paredes para ganar espacio, puedes usar también estanterías, repisas… Aprovecha los alfeizares de las ventanas para crear mini-jardines.

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