Ahora, al principio
de la primavera es el mejor tiempo para trasplantar árboles y
arbustos en el jardín. Los trasplantes mueren con más facilidad si
son trasplantados tarde en el verano o temprano en el otoño,
especialmente las coníferas.
Trate de mover
árboles solamente si su tronco es de menos de 2,5 cm., y arbustos
pequeños solo si no hubiera ayuda profesional a la mano. El obtener
el cepellón firme e intacto al remover un árbol o arbusto mediano o
grande, es difícil para una persona que no tiene las habilidades de
hacerlo. Si no lo haces correctamente, pueden dañarse gravemente o
morir en el proceso.
Tanto si decides
traer un nuevo árbol o arbusto a tu hogar, como si decides trasladar
los ya existentes, debes tener mucho cuidado cuando lo hagas, pues es
una operación que puede implicar riesgos. Si el árbol no está en
sus mejores condiciones puede sufrir enormemente e incluso morir.
Aunque nunca tenemos un 100% de probabilidades de que triunfen
nuestros trasplantes, debes seguir varias normas para incrementar la
posibilidad de éxito.
- Distancia de plantación.
En el caso de los
árboles y arbustos, calcular y tener en cuenta el tamaño que
alcanzarán de adultos es especialmente importante para determinar
correctamente dónde se han de plantar en relación con otras
plantas, la vivienda o la piscina.
- Debes trasplantar en el momento idóneo.
Las plantas que se
venden en los centros de jardinería están preparadas para ser
plantadas en cualquier época del año. No obstante, hay meses más
adecuados que otros. En el caso de los árboles y arbustos de hoja
caduca, lo ideal es esperar que entren en su fase de parada
vegetativa y plantarlos en otoño o invierno. Septiembre es el mes
ideal para plantar madroños, adelfas, olivos, laureles y numerosos
arbustos de bayas. Octubre, en cambio, es el más adecuado para
plantar o trasplantar los arbustos de floración invernal: avellano
mágico (Hamamelis mollis), membrillero del Japón(Chaenomeles
speciosa), kerrias, rosales (también en febrero) y coníferas en
general. Diciembre es buena época para plantar o trasplantar
ginkgos, liquidámbares y catalpas, siempre que el suelo no esté
helado.
Esta precaución
deberá extremarse cuando se trata de un trasplante de suelo a suelo,
ya que al perder el ejemplar inevitablemente parte de sus raíces,
las hojas en desarrollo sufrirían por falta de agua. No todas las
especies toleran esa pérdida. Si el suelo está helado, muy empapado
o demasiado reseco, es mejor que no trasplantes nada.
Una buena época
para traer nuevos ejemplares a tu jardín es ahora, a principios de
primavera después que la tierra se descongele y antes que comiencen
a brotar los retoños del árbol o arbusto.
Para plantar un
árbol o arbusto, especialmente si va a ser en el suelo, conviene que
escojas un día fresco y sin viento. Debes eliminar las malas hierbas
antes de cavar el hoyo.
- Elige el lugar correcto para la ubicación definitiva.
Antes de trasplantar
un árbol o arbusto, comprueba que la ubicación que has elegido es
la correcta.
Hay árboles y
arbustos que necesitan mucha luz y otros que sólo prosperan en áreas
de semisombra. Asegúrate de que la iluminación es la correcta.
Comprueba que el pH del sustrato es el correcto e intervén para
corregirlo si es necesario. Comprueba que la humedad y el drenaje
son los correctos y mira que no sea una zona con demasiada exposición
al viento.
- Poda de raíces para el trasplante. Cuando y como.
Si no quieres que el
árbol o arbusto que vayas a trasplantar siga creciendo, una manera
de impedirlo es podar las raíces en el momento del trasplante. Esto
debe realizarse durante el período de reposo para evitarle estrés.
Desde finales del otoño al invierno, o durante la estación seca en
el caso de los climas suaves. Si tienes que hacerlo en otra época
del año es conveniente que dejes el cepellón más grande.
Para hacerlo
correctamente sigue estos pasos.
-
Extrae la planta del tiesto. Podar las raíces que salen por los agujeros de drenaje y sumergir la planta en agua unos minutos (sin pasarse) para que sea más fácil extraerla de la maceta. En algunos casos será necesario romper el tiesto.
-
Reduce el cepellón con la ayuda de un cuchillo filoso o unas tijeras de podar, como máximo un tercio. Conviene desenredar las raíces y cortarlas. El volumen del cepellón puede reducirse a dos tercios del tamaño inicial.
-
A renglón seguido se debe proceder como en cualquier trasplante.
- Como trasplantar un árbol o un arbusto de porte pequeño.
Para trasplantar un
árbol o arbusto, sujeta sus ramas ligeramente para que no
interfieran cuando comencemos a escavar y saquemos el cepellón.
Aprovecha para podar las ramas viejas y largas cercanas al nivel de
la tierra. Escarbe una zanja de unos 60 cm. de profundidad a unos 30
o más centímetros alrededor del cepellón del árbol o arbusto.
Utiliza siempre la pala escavando hacia afuera, alejándote del
centro de la planta para evitar dañar las raíces o quebrar el
cepellón. Ve cortando con mucho cuidado alrededor del árbol.
Recorta alrededor
del cepellón, las raíces con un serrote. Los cortes deben ser
precisos. Envuelve el cepellón con una lona y sujétala pero sin
apretarla. Cuidado con dañar las raíces. Continúa escarbando
cuidadosamente hasta que el cepellón se encuentra en un tipo de
pedestal. Inclina cuidadosamente el árbol y su cepellón y amarre la
lona en la parte inferior del mismo. Puedes usar un cabestrillo hecho
de lona o cinchas fuertes y anchas para sujetar y extraer el árbol
fuera del hoyo.
Evite que se seque.
En este proceso
traumático, el árbol o el arbusto sufre mucho y puede secarse.
Riégalos 2-3 días antes del trasplante si la tierra que lo rodea
está seca. Cuando llegue el momento del trasplante, cubra las raíces
con una tela húmeda como arpillera o lienzo, lo cual contribuirá a
retener la humedad.
- Siembralo lo antes posible.
Es posible almacenar
el árbol y no sembrarlo inmediatamente, pero lo ideal es sembrar lo
trasplantado cuanto antes. Si va a guardarlo en algún sitio, evita
cubrir sus raíces con plástico, pues las sofocaría poniendo en
peligro la vida de tu árbol o arbusto. Protegelos, mientras los
almacenas, de las temperaturas extremas, el viento y la luz solar
directa.
- Siembralo adecuadamente.
El agujero para
sembrar debe ser de 2-3 veces más amplio que las raíces. Si lo
siembras en tierra seca, riega previamente el agujero antes de
sembrar, y asegurate de sembrar el árbol o arbusto a la misma
profundidad donde crecía originalmente. Cuida de sembralo, siempre
que sea posible, con la misma orientación con relación al sol que
tenía previamente.
Usa un sustrato
específico para trasplantes que dará a tu árbol o arbusto
nutrientes y hormonas de enraizamiento que le ayudarán a arraigar
con mayor éxito.
- Trazar un alcorque.
Alrededor del árbol
o arbusto es conveniente excavar un alcorque que contribuirá a un
mayor aprovechamiento del agua de lluvia y riego.
Como y cuando
entutorar.
A lo largo de los
primeros años de vida de un árbol y de ciertos arbustos, la guía
de un tutor contribuirá a su buen desarrollo y le ayudará a
resistir sin quebrarse los embates del viento. Existen varias formas
de estacar un árbol: según las características del ejemplar, el
tamaño de la copa, y la fuerza y frecuencia del viento en la zona.
Lo más simple suele ser una estaca vertical clavada en el suelo a
45º de la dirección del viento, a la que se debe atar el ejemplar
justo antes del nacimiento de las ramas.
Debes colocar las
estacas en el hoyo preferentemente justo antes de introducir el
cepellón. Si lo hicieras después de la plantación se corre el
riesgo de dañar las raíces al clavarlas o de que el ejemplar no
quede bien sujeto.
Las tiras de goma o
tela engomada son el material más utilizado para sujetar el árbol a
sus tutores ya que son son muy resistentes a la intemperie. Cuida de
que las tiras no produzcan heridas en la corteza ni puedan
estrangular el tronco con el tiempo.
Debes atar el tutor
al ejemplar justo después de apisonar la tierra y antes de hacer el
alcorque y regar. Debes sujetarse al árbol inmediatamente después
de la rama más baja. Según sea el tamaño de la copa, deberás usar
un doble, triple o cuádruple tutor, formado por una estructura de
dos a cuatro estacas clavadas en el suelo y unidas entre sí por
tablas horizontales. Este sistema contribuirá de forma eficaz a
mantener el equilibrio de tu árbol mientras enraiza.
Fuente: www.verdeesvida.es |
- Si el árbol es muy grande, contrate a un profesional.
El trasplante de árboles grandes es un trabajo que se les debe dejar a los profesionales, pues pudiera ser una labor muy difícil para los dueños de viviendas, y el árbol podría morir si no se hace adecuadamente. El trasplante de árboles grandes debe programarse con tiempo, pues se deben preparar los ejemplares con dos o más años de anticipación. Durante el verano anterior es conveniente una 1ª fertilización inorgánica para que el árbol acumule reservas.
Primeramente debe
reducirse la copa a un tercio o a la mitad. Debemos dar forma de
nuevo al árbol para compactarlo con vista a mejorar el trasporte.
Luego se debe
reducir el cepellón de tierra a trasladar a la mitad. Ambas tareas
tienden a reducir el volumen del ejemplar para poderlo manejar mejor.
La poda correctora y la reducción del tamaño permiten reducir el
número de roturas durante el movimiento y las tareas previas
permiten cicatrizar muchas de las heridas pequeñas, lo que reduce
considerablemente el estrés que sufre el árbol durante el traslado.
Durante el invierno
siguiente se termina de definir el cepellón a trasladar. A fin de
año se lo corta y se procede al traslado. Al izarlo se debe colocar
una protección en la base del tronco desde donde se lo toma, ya que
el cepellón de tierra es más pesado que la parte aérea. Durante
el traslado es conveniente envolver el cepellón de tierra y la parte
aérea con polietileno para disminuir roturas y pérdida de agua.
Es muy importante
que los ejemplares se coloquen conservando la orientación original,
para ello se les marca el Norte antes de moverlos y luego con una
brújula se realiza la plantación. Esto se debe a que la
resistencia de las ramas a los vientos se desarrolló en ese clima y
con esa iluminación, pero si el nuevo sitio es ambientalmente muy
distinto (porque su nueva ubicación está cerca de edificios u otros
árboles), deben estudiarse sus modificaciones y actuar en
consecuencia, teniendo en cuenta que las ramas se quiebran mucho más
en contra del sentido de la gravedad.
Se debe respetar la
profundidad de tal manera que la corona quede a la altura original.
En el caso de las coníferas, o en zonas de suelos compactos con
posibilidad de anoxia se puede elevar la corona y realizar un pequeño
domo
Después de
colocarlo en su nueva ubicación, se se debe asegurar el tronco para
evitar movimientos hasta unos cinco años luego del trasplante
definitivo, para ello se clavan bulones o pernos pasantes a diferente
altura siempre más alto el de la rienda del sur, y se realiza una
poda menor de conformación definitiva.
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