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miércoles, 1 de junio de 2016

Fuente: http://www.verdeesvida.es/
En Junio por fin las temperaturas permiten disfrutar de la vida al aire libre pero sin soportar las altas temperaturas que nos esperan. Ahora es cuando puedes empezar a disfrutar de la vida al aire libre en tu jardín o terraza. Tus plantas lucen todo su esplendor, pero estate atento pues también es una época de proliferación de las malas hierbas.

Junio es el mes de plena primavera y aunque los cambios bruscos de temperatura son cada vez menos frecuentes no debes confiarte. Aún hay días en los que hace fresco y las tormentas pueden descargar con tanta fuerza que se dañen las plantas.
Ten cuidado pues las malas hierbas también tienen su primavera y pueden aprovechar la mejora de las temperaturas para invadir tu jardín o tu huerto.

No solo es la época dorada de las malas hierbas, las plagas y las enfermedades también pueden aprovechar para proliferar aunque hayas realizado tratamientos preventivos. Apenas veas que han hecho acto de presencia debes tomar medidas inmediatamente. Existen múltiples recursos para combatirlos, desde remedios caseros a fitosanitarios ecológicos y control biológico de plagas. Pide consejo en tu Centro de Jardinería, ellos son los más indicados para ayudarte

Otro problema puede venir por el riego. Si tienes la suerte de vivir en las zonas de España donde ya empieza a apretar el calor, piensa que tus plantas van a necesitar mucha más agua. No te descuides con el riego, sobre todo si no llueve, hace viento o mucho calor. Si tienes plantas en maceta recuerda que están más expuestas a las consecuencias de la falta de agua. Cuando las riegues evita mojar las hojas y las flores y dirige el chorro al sustrato, no mojes en exceso el tallo. Si piensas que el riego que quita mucho tiempo piensa que el riego automático te quitará trabajo y ahorrarás tiempo y dinero. Obtendrás los mejores resultados si utilizas aspersores bien solapados para el césped, y goteo para los parterres, macizos, setos y huerto, así como en las jardineras y tiestos de la terraza.
Si quieres evitar la pérdida de humedad acolcha el suelo con una capa de cortezas, bolitas de arcilla o piedra volcánica. Además contribuirás a mantener a raya las malas hierbas.

Al regar más tus plantas, el agua arrastra más nutrientes del sustrato, así que debes abonar las plantas de flor, las plantas verdes de interior, las plantas de tu huerto y ¡el césped!.

Con el aumento de la vida al aire libre tu césped sufre, así que para contrarrestar el efecto del calor, el pisoteo continuo y la aparición de malas hierbas, deberás segar la hierba una vez por semana o cada 10 días. Si no llueve, deberás regarlo diariamente y recuerda que debes abonarlo para ayudarlo en estos meses de “estrés” que le esperan.
Si buscas una pradera más adaptada al clima de la meseta o la costa mediterránea y que demandan mucho menos trabajo estás de enhorabuena, ya hay en el mercado semillas de especies más adaptadas a estos climas. Consulta en tu Centro de Jardinería que especies se adaptan mejor a tus necesidades.

Con la fuerza de los nuevos brotes que trae la primavera tus setos y figuras topiarias tiendan a desmandarse. Debes repasarlas para que ganen densidad y no pierdan forma. Es el caso del boj, el aligustre, el arizónica, la tuya y el tejo, pero también de los que ya han dado flor. Cuidado con recortar demasiado a los que estén en plena floración o vayan a dar bayas en otoño (las piracantas, por ejemplo).
Si fuera necesario puedes podar los arbustos y trepadoras que han florecido al comienzo de la primavera.
Ahora que los rosales están en plena floración, es cuando son más sensibles a sus plagas como los pulgones, la falsa oruga del rosal, el oídio y la roya. Evita disgustos revisándolos periódicamente y actúando ante el menor síntoma. Elimina las flores marchitas para estimular la refloración, así como los chupones y las hojas secas o dañadas. No descuides el riego, sobre todo si los cultivas en maceta.
Tus trepadoras lucirán espectaculares con el vigoroso crecimiento de la primavera, están en plena floración o emitiendo nuevos tallos y hojas. Si quieres evitar que se enmarañen o las venza el peso es el momento de guiarlas y sujetarlas a su soporte. Debes revisar las sujecciones antiguas, así evitarás disgustos. Si se están desarrollando demasiado a lo mejor tienes que recortarlas, en ese caso pide consejo en tu Centro de Jardinería pues cada especie puede necesitar cuidados específicos.

Es le momento de las vivaces y las plantas de temporada: los geranios y gitanillas, las petunias, las alegrías guineanas (Impatiens hawkeri), las gazanias, las calibrachoas, los coreopsis, messem, las begonias de flor y muchas clases de margaritas están en su apogeo y son una apuesta segura para llenar de color tanto tu jardín o terraza como cualquier maceta de tu hogar. ¡Pasate por tu Centro de Jardinería y escoge!
Recuerda que necesitan que las riegues periódicamente, pero evitando los encharcamientos y evitando mojar las flores, especialmente las que tienen floraciones muy densas, como los geranios y claveles.

Un truco para que la producción floral de tus vivaces y anuales sea abundante y se prolongue mucho tiempo dales abono especial para plantas de flor, pinza las flores marchitas y secas.
Los bulbos de primavera necesitan ya descansar y se pueden retirar de la tierra hasta el año siguiente. Espera que las hojas se hayan secado y extráelos con cuidado de no lastimarlos. Límpialos bien y guárdalos en un sitio fresco, oscuro y seco, hasta el próximo octubre.
Para preparar la tierra para sus nuevas “inquilinas” mulle bien la tierra, elimina las malas hierbas y mézclala con abono orgánico.

Cada dos a tres años, tus macetas (areca, chamaedorea, livistona...), agradecerán que les renueves la capa superior del sustrato. Retira los primeros cinco centímetros de tierra, con cuidado de no herir las raíces, y reemplázalo por sustrato nuevo, preferiblemente específico para este tipo de plantas.
Si tienen un tamaño adecuado (y no es una kentia, que sufre mucho con los trasplantes) deberás sustituir todo el sustrato cada dos o tres años y ahora todavía es el momento ideal para hacerlo. Las temperaturas de mayo y junio que tu palmera emita numerosas raíces, lo que favorecerá el arraigo.
Si quieres hacerlo sin dañar tu palmera debes atar y proteger las palmas para que no se quiebren durante el proceso. Para sacarlo fácilmente el cepellón del tiesto debes humedecerlo pero sin saturarlo de agua para que no se deshaga.

Con el aumento de la temperatura (o en invierno con la calefaccion) baja la humedad en los ambientes de interior y esto provoca resecamiento o puntas quemadas en las hojas de las plantas de interior, especialmente en las aglaonemas, las begonias rex, las calateas, las drácenas, las alocasias, y desde luego, las palmeras en general. Lo ideal sería solucionarlo con un humidificador, pero si no puede ser, recurre a pulverizaciones frecuentes con agua descalcificada, pero sin mojar las flores o las hojas muy jóvenes. Otra forma fácil de evitar el resecamiento es agrupar las plantas, con lo que se contribuye a crear un microclima más húmedo.

Tu huerto en Junio
Es el momento de cosechar las fresas, pepinos y lechugas de primavera. También puedes recoger las zanahorias y remolachas que sembraste en marzo, o los calabacines y rabanitos que sembraste en abril. Recoge las judías verdes antes de que granen.

Si en mayo has llevado las plántulas de tomateras al terreno, ya podrás entutorarlas o sujetarlas a un soporte o enrejado para que la planta se desarrolle mejor y obtengas unos tomates de mayor calidad.

Aclaréa la planta eliminando los brotes laterales y dejando solo uno o dos tallos principales para conseguir frutos de mayor calidad.
También es el momento de aclarar los frutales eliminando los frutos más pequeños y deformes. En nuestro post "Árboles frutales II" te damos más información









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