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jueves, 28 de abril de 2016

7 consejos para cuidar tus orquídeas

Fuente:  Oficina Holandesa de Flores y M. Losseau, vía  http://www.verdeesvida.es
Se acerca el día de la Madre y uno de los regalos estrella es una precisa orquídea, ya que su gran belleza las convierten en el regalo ideal, pero seguramente os habéis encontrado que una vez ha perdido sus espectaculares flores ya no vuelve a florecer o se te marchita.
Una pena ¿verdad? Este artículo te damos 7 trucos sencillos para poder disfrutar de estas magníficas plantas durante muchos años.

Las especies de orquídeas más habituales son, en su mayoría, originarias de las zonas tropicales y subtropicales de la Tierra. Esto explica su predilección por las temperaturas suaves y los ambientes húmedos y ventilados, el agua sin cal y los ambientes luminosos aunque fuera del sol directo.
También existen variedades que precisan temperaturas bajas y sufren mucho cuando se las mantiene en casas con calefacción. En el caso de las phalaenopsis (la más conocida) su temperatura óptima es de 20ºC.
Al vivir en casas con calefacción, el biorritmo de las orquídeas no sufre grandes cambios a lo largo del año, de modo que deben recibir abono de forma continua, estén o no en flor. La mayoría de estas orquídeas que se comercializan son fáciles de cuidar, pero muchas veces las flores se caen de pronto, algunas reflorecen y otras no, otras parecen deshidratadas...

1 A las orquídeas les gusta la luz.
Uno de los motivos de que no te florezcan es la escasez de luz solar. Necesitan un lugar muy luminoso, pero fuera del sol directo. La orientación ideal es la sur, protegidas del sol del mediodía por una cortina. Colocarlas al este o al oeste no supone un problema; pero nunca las coloques con una orientación norte, pues recibirían poca luz.
En invierno deben mantenerse con la luz natural adecuada.

2 Necesitan una humedad elevada.
Hay que tener cuidado con los ambientes secos y la calefacción de los hogares. Para solventar la falta de humedad podemos utilizar distintas estrategias, pulverizar las hojas con agua blanda evitando mojar las flores ya que se marchitarían, colócalas cerca de plantas frondosas… Si tienes un humidificador en casa en sus cercanías será feliz.

3 El exceso de riego es la primera causa de caída de las flores y mortalidad de las orquídeas.
La mayoría poseen órganos de reserva, de modo que pueden resistir sin problemas períodos de sequía. Lo ideal es que dejes secar el sustrato entre riego y riego.
Lo mejor es regarlas por inmersión en un cubo con agua y abono. Déjalas unos 20-30 minutos dentro, de manera que el sustrato se empape bien. También puedes regarlas normalmente (con abono diluido), cuidando de mojar bien todo el sustrato, pero sin que se mojen las hojas ni el punto central de la planta, donde surgen las hojas y tallos florales. Debes dejar el sustrato del todo antes de volver a regar. El grado de humedad lo puedes comprobar introduciendo un palito de brocheta en el sustrato, si sale totalmente seco es el momento de regar.
Se pueden regar con el agua corriente de la zona si es blanda, ya que los abonos están formulados para acidificarla; en zonas de aguas más duras conviene mezclarla con agua de lluvia o con agua embotellada de mineralización débil.
El agua ha de estar a temperatura ambiente. Lo ideal es que la dejes reposar para que se temple, se precipiten las sales y se evapore el cloro.
Las hojas deshidratadas y blandas no indican falta de riego sino que las raíces están tan deterioradas que han perdido su capacidad de absorber el agua.

4 Abre las ventanas para que circule el aire.
Las orquídeas no toleran ambientes cargados con lo que es fundamental mantener una buena aireación.

5 Abónalas regularmente.
Al vivir en casas con calefacción, el biorritmo de las orquídeas no sufre grandes cambios a lo largo del año, de modo que deben recibir abono de forma continuada, estén o no en flor. Además, los sustratos en que crecen estas plantas son muy pobres.
Les conviene un fertilizante con más nitrógeno que potasio, o al menos equilibrado. Ya existen abonos específicos para orquídeas que encontrarás en tu Centro de Jardinería.
El abono debe aplicarse cada vez que se riega, disuelto en el agua del cubo donde se sumerge el tiesto. Conviene administrar la mitad de la dosis indicada. El fertilizante no solo aporta nutrientes sino que también acidifica el agua.

6 Elige macetas estrechas, profundas y trasparentes.
Da igual en que maceta la compraste o te la regalaron, si no reúne las características necesarias deberías transplantarla. Las raíces de las orquídeas tienen clorofila y por lo tanto realizan la fotosíntesis a través de ellas. Por eso es preferible que estén en macetas que dejen pasar la luz solar.

7 Cada dos años, trasplantala y cambiala el sustrato.
Lo máximo que las orquídeas deberían permanecer en el mismo tiesto son dos años, ya que sus raíces suelen ser bianuales. Se debe extraer la planta, limpiarla de raíces estropeadas y muertas (los instrumentos han de desinfectarse con fuego entre planta y planta) y utilizar un sustrato nuevo que contenga corteza envejecida. El tamaño del tiesto importa: la planta ha de colonizarlo bien, caso contrario solo se dedicará a crecer para ocuparlo.



Si tienes una Phalaenopsis…

Fuente: Por Miss S. A. Drake (1803-1857),
illustrator Thomas Moore (1821 - 1887)
, ed. ("Illustrations of Orchidaceous Plants", plate 1)
Aquí te ofrecemos los cuidados específicos de este tipo de orquídea que son las más conocidas y comercializadas de España.
En el caso de las Phalaenopsis debes escoger un tiesto transparente, ya que la luz estimula sus raíces. Respira a través de ellas.
Necesita una temperatura constante. En la época de crecimiento entre 27-28ºC y 16ºC por la noche. Sin embargo, si la quieres ver florecer, necesita temperaturas más frescas, de 20-21ºC. Ya que florece naturalmente en invierno,un truco es sacarla al exterior cuando en la calle haya esa temperatura (21-19ºC) para que al notar la temperatura más baja exterior emita varas florales en los nudos de las que ya florecieron o en otras nuevas. Ten cuidado de meterla de nuevo en casa si las temperaturas bajan en exceso.
Las aguas duras son especialmente perjudiciales para las Phalaenopsis. Si vives en una zona de aguas duras deberás regarla con agua descalcificada, agua de lluvia o con agua mineral de mineralización débil.
En el centro de España, como el ambiente es más seco, conviene pulverizar las hojas y raíces (nunca las flores) por la mañana, preferiblemente con agua descalcificada. Excepto en días de calor extremo, no dejes que permanezcan con agua que no haya absorbido el sustrato porque podrían enfermar. Para mantenerlas húmedas un truco es rodeárlas de plantas frondosas que la protegerán y la aportarán humedad.
Las Phalaenopsis no se deben volver a regar hasta que las raíces hayan pasado del verde al blanco (si están marrones es que se han secado o están muriendo). Más que el platito con agua y guijarros, lo que contribuye a crear un ambiente húmedo es la convivencia con plantas frondosas.
Si se observa deshidratada, retira la planta del tiesto, corta las raíces viejas y vuélvela a plantar con sustrato nuevo. Riégala por inmersión y dejarla secar. Si necesita una terapia de choque, introduce la planta con mosi húmedo dentro de una bolsa y cerrarla hasta que se rehidrate.



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