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lunes, 28 de marzo de 2016

Trasplantes

Fuente: http://www.verdeesvida.es
La primavera es junto con el otoño la mejor época para trasplantar. Los últimos fríos mantienen el sistema radicular aún en reposo y el despertar de la estación ayudará a la planta a aclimatarse a su nuevo hogar.
Las plantas que se venden en los centros de jardinería están preparadas para ser plantadas en cualquier época del año. Si los árboles y arbustos vienen en maceta o contenedor puedes plantarlos en cualquier época del año. Ten en cuenta que las plantas se tienen que aclimatar a su nueva ubicación y pasa un cierto tiempo hasta que retoman el crecimiento.
Si tus platas están en macetas o contenedores también necesitarán trasplante cada cierto tiempo. Bien, porque van creciendo y sus raíces cubren la totalidad del recipiente, o porque han consumido los nutrientes de la tierra del mismo. En estos casos, debemos proceder como en un trasplante normal, solamente tener en cuenta que el espacio es más limitado y que no debemos escoger recipientes demasiado pequeños. Es mejor escoger recipientes que parezcan demasiado grandes a que la planta se vea de nuevo constreñida en breve.
Si tu planta no necesita trasplante renueva al menos los 5 cm de la superficie de tierra de su recipiente y abona. Los resultados te sorprenderán gratamente.

Ten en cuenta que:
  1. No coloques las plantas muy juntas o no se desarrollarán adecuadamente. Si están demasiado juntas se producirá una competencia por el espacio, el agua, la luz y los nutrientes. Aunque te parezca que las colocas muy separadas es mejor tener paciencia y esperar a que al desarrollarse las plantas, cubran el espacio. Mientras tanto puedes colocar entre ellas plantas de temporada.
  2. Coloca las plantas según sus necesidades lumínicas, por ejemplo, las plantas con flor necesitan más sol. Puedes aprovechar la sombra de las más altas para proteger plantas de menos porte que necesitan protegerse de la luz directa. Si es necesario, puedes proporcionar algo de sombra a las especies más sensibles instalando una malla de sombreo.
  3. Cuidado con el viento. Si tu jardín esta expuesto a vientos moderados o fuertes, elige especies duras y protégerlas, sobre todo cuando estén recién trasplantadas y aún no se hayan anclado al terreno.
  4. Anota las fechas cuando siembres o plantes algo.
  5. Si las plantas estaban en un ambiente cálido, o en un interior, debemos aclimatarlas a la intemperie para que tengan mayor capacidad de sobrevivir. Para ello debemos dejarlas en el exterior paulatinamente, durante unos 3 días.

Normas generales de trasplantes
  • Es preferible elegir un día nublado y fresco, durante la tarde, cuando el sol no está tan fuerte. Así las plantas no se estresarán tanto en el proceso.
  • El día antes de extraer la planta riega para humedecer la tierra.
  • Remueve la tierra y abona en el lugar donde vas a trasplantar. Haz un hueco donde quepa el cepellón holgadamente.
  • Poda parte de la copa de la planta o arbusto para evitar que una excesiva transpiración la marchite.
  • Para separar la planta del tiesto, coge la planta por los tallos, cerca de la tierra. Golpea la base del recipiente suavemente boca abajo. Si la planta no sale suavemente, puedes pasar un cuchillo alrededor de la planta, entre el recipiente y la tierra.  Saca la planta con cuidado del recipiente. Toca lo menos posible las raíces, y mantén el cepellón intacto. Colócalo junto con toda su tierra en un agujero en el terreno. Intenta que queden lo más derechas posible, no dobles las raíces. Aprieta bien la tierra a su alrededor y riega abundantemente.
  • Riega mucho las semanas posteriores a plantar, por la mañana temprano o al atardecer.


Explicación a parte merecen los trasplantes de árboles y arbustos.


Aunque la primavera es la mejor época para trasplantar hay excepciones:
  • En el caso de los árboles y arbustos de hoja caduca, lo ideal es esperar y plantarlos en otoño o invierno. Esta precaución deberá extremarse cuando se trata de un trasplante de suelo a suelo, ya que al perder el ejemplar inevitablemente parte de su sistema radicular, las hojas en desarrollo sufrirían por falta de agua; hay que tener en cuenta que no todas las especies toleran esa pérdida. Ahora bien, si el suelo está helado, muy empapado o demasiado reseco, no conviene llevar a cabo estas operaciones.
  • Septiembre es el mes ideal para plantar madroños, adelfas, olivos, laureles y numerosos arbustos de bayas.
  • Octubre, es el mes más adecuado para plantar o trasplantar los arbustos de floración invernal: avellano mágico (Hamamelis mollis), membrillero del Japón(Chaenomeles speciosa), kerrias, rosales (también en febrero) y coníferas en general.
  • Diciembre es buena época para plantar o trasplantar ginkgos, liquidámbares y catalpas, siempre que el suelo no esté helado.

Para plantar un árbol o arbusto, especialmente si va a ser en el suelo, conviene escoger un día fresco y sin viento. La tierra donde se cavará el hoyo deberá estar húmeda, aunque no en exceso. Si está reseca, anegada o helada es mejor postergar la operación. Las malas hierbas deben eliminarse antes de cavar el hoyo.

Calcula la envergadura que tendrá tu árbol o arbusto de adulto. Esto te dará una guía para calcular donde colocarlos dentro de tu jardín.

El cepellón debe caber con holgura dentro del hoyo que se excave. Si decides plantarlos en maceta, ten en cuenta que van a alcanzar una cierta dimensión y que sus raíces son muy delicadas y no deben estar apretadas.

Si la tierra de tu jardín no fuera de buena calidad, deberás enmendarla mezclándola con mantillo o estiércol bien descompuesto (no más de un 5%), o bien utilizar sustratos específicos para esa planta en particular: tierra de castaño o turba rubia para las acidófilas, sustratos levemente alcalinos para los frutales de hueso... Pide que te aconsejen en tu centro de jardinería.

Alrededor del árbol o arbusto es conveniente excavar un alcorque, como es tradicional: contribuirá a un mayor aprovechamiento del agua de lluvia y riego. El alcorque o cajete es el agujero que se practica alrededor del tronco de un árbol, para almacenar el agua de riego o de la lluvia, e incluso el abono u otro fertilizante, imposibilitando de este modo que todo esto se esparza por el alrededor y se pierda sin ser aprovechado por dicho árbol.

A lo largo de los primeros años de vida de un árbol y de ciertos arbustos, la guía de un tutor contribuirá a su buen desarrollo y le ayudará a resistir sin quebrarse los embates del viento. Existen varias formas de estacar un árbol: según las características del ejemplar, el tamaño de la copa, y la fuerza y frecuencia del viento en la zona. Lo más simple suele ser una estaca vertical clavada en el suelo, a la que se debe atar el ejemplar justo antes del nacimiento de las ramas.
Las estacas se deben colocar en el hoyo preferentemente justo antes de introducir el cepellón. Si se hiciera después de la plantación se corre el riesgo de dañar las raíces al clavarlas o de que el ejemplar no quede bien sujeto.
Las tiras de goma o tela engomada son el material más utilizado para sujetar el árbol al/los tutores; son durables y resistentes a la intemperie. Es clave que las tiras no produzcan heridas en la corteza ni puedan estrangular el tronco con el tiempo.
Se debe atar el tutor al ejemplar justo después de apisonar la tierra y antes de hacer el alcorque y regar. En zonas de fuertes vientos conviene entutorar mediante una estaca bien clavada en el suelo y colocada en un ángulo de 45 grados en dirección al viento. Debe sujetarse al árbol inmediatamente después de la rama más baja. Según sea el tamaño de la copa, un doble, triple o cuádruple tutor, formado por una estructura de dos a cuatro estacas clavadas en el suelo y unidas entre sí por tablas horizontales, contribuirá de forma eficaz a mantener el equilibrio del ejemplar.


Cuando el ejemplar ha alcanzado la dimensión deseada, especialmente si se cultiva en tiesto, una manera de impedir que se siga desarrollando es podar las raíces en el momento del trasplante. Podar las raíces para limitar el desarrollo de una planta es una operación que debe llevarse a cabo desde finales del otoño al invierno, o durante la estación seca en el caso de los climas suaves. Si se tiene que practicar en otra época del año es conveniente dejar el cepellón más grande.

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