Fuente: http://www.verdeesvida.es |
En la actualidad el
70% de los españoles vivimos en ciudades, y en ellas, normalmente no
disponemos del espacio necesario para tener un jardín. Es mucho más
común disponer de una terraza, muchas veces pequeña. Muchos creen
que en este espacio reducido no se puede conseguir crear un jardín,
pero con unos pequeños consejos verás que es posible.
Si tu terraza tiene
comunicación con tu casa puedes convertirla en un salón al aire
libre para utilizala durante gran parte del año. Una terraza
protegida del viento y del frío se puede usar durante mucho más
tiempo que un jardín. Si tiene el tamaño adecuado y buena
comunicación con el resto de la casa puede convertirse en un comedor
que acabarás usando más de lo que imaginas. Durante el buen tiempo
puedes hasta cocinar en ella con una barbacoa.
Si tu terraza es muy
pequeña puedes recurrir a mobiliario plegable o convertirlo en un
espacio decorativo para disfrutar desde el interior. En ocasiones no
es necesario más que un pequeño detalle bien elegido para crear un
foco de atención.
Puedes convertir tu
terraza en un mini-huerto, ya que hay infinidad de especies grandes y
pequeñas que soportan o incluso agradecen el cultivo en macetas o
jardineras. En tu centro de jardinería es donde mejor te orientarán
sobre las plantas más adecuadas.
Si tienes una
terraza de uso mixto (terraza-trastero-cuarto de herramientas) debes
tenerlo en cuenta antes de empezar. Ya verás como al final
encontrarás la manera de compaginar tus necesidades más prácticas
con el diseño de tu “rinconcito verde”.
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¿Por dónde comenzar?
Muy bien, ya tenemos
la idea de convertir nuestra terraza en un jardín. Comenzamos a
comprar las plantas que nos gusten y miramos donde las colocamos….
ERROR
Este es un error muy
común. Antes de empezar debemos considerar el efecto final que
queremos conseguir. Piensa en que lugar de nuestra casa queremos
poner las plantas y dependiendo de las características comprar unas
plantas u otras. Debemos planificar nuestra terraza antes de nada.
Planificar una
terraza es muy parecido a planificar un jardín pero ten en cuenta
que una terraza tiene características propias que hay que tener muy
presentes.
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Es un espacio pequeño, tendrás que adaptar todo el diseño al espacio disponible.
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No es lo mismo que tu terraza esté a ras de suelo o en un 5º piso. La insolación o el viento que azote tu terraza no va a ser el mismo.
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No hay suelo, se juega con contenedores o macetas, por lo que las características de los mismos deberán tenerse en cuenta.
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No es lo mismo que sea una terraza cubierta que una abierta. Si la lluvia cae directamente en las plantas, si el viento entra en tu terraza o el sol incide directamente habrá especies y diseños que quedarán descartados o deberán modificarse.
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Están a un paso de tu casa, por lo tanto deberás pensar si quieres mantener continuidad con la decoración interior o crear un espacio aparte.
Lo primero que se
debe hacer es estudiar cuidadosamente el espacio disponible,
analizando especialmente los siguientes condicionantes:
- Orientación.
Debes conocer la
orientación de tu terraza, ya que influirá en las horas de sol que
reciban las plantas a lo largo del día. El grado de insolación
puede ser mucho más fuerte en tu terraza que en un jardín
cualquiera plantado en tierra firme. El suelo enlosado y las paredes
de la casa recogen y reflejan mucho más la temperatura que la
tierra. Es importante saber si va recibir mayor insolación por la
mañana o por la tarde, ya que la intensidad es diferente. Asimismo
debes saber si tu terraza esta situada en una zona fría o la
orientación la vuelve vulnerable a heladas.
Si tu terraza recibe
demasiada insolación puedes solucionarlo colocando las plantas más
grandes en la zona por donde entra el sol. Estas plantas
proporcionarán sombra y frescor. Coloca las macetas en hilera
creando una barrera. Las mejores plantas para ello son las
glicinias, salix, cornus, nardinas…. eso sí, ten cuidado de que no
se desmanden e invadan el espacio. También puedes usar una celosía.
Por el contrario, si
tu terraza tiene demasiada sombra, lo mejor es que la plantees como
un espacio interior más. Elige plantas que no necesiten mucha luz,
de hojas grandes y lustrosas, como chamaedorea, kentias, ficus,
begonias, spatifilo… Ten en cuenta que este tipo de plantas suelen
ser acidófilas.
- El viento.
Sobre todo si tu
terraza está muy elevada o es abierta es fundamental tener en cuenta
el viento. Influirá tanto en la altura de las plantas que quieras
colocar como en los soportes de las mismas. Si el viento es un
problema puedes recurrir al uso de cerramientos o mejor de celosías
que además de proteger tus plantas no bloquearán la luz del sol y
te darán sensación de continuidad. Si aprovechas la estructura para
servir de soporte a una trepadora tipo la hiedra o las clemátides de
primavera, el efecto puede ser bellísimo. No intentes bloquearlo,
no funcionará, el viento acabará por derribar las protecciones y el
efecto destructivo puede ser mayor.
- Forma y tamaño.
Lo ideal es trazar
un plano a escala, para ver claramente como es el espacio del que
dispones. Mide bien y no te olvides de señalizar en el plano las
puertas y ventanas, los enchufes, la toma de agua y los desagües.
- Materiales y
colores.
El color y la
textura del suelo, de la pared de la casa sobre la que se apoya la
terraza y de la barandilla o murete que la separa del exterior,
influirán mucho en la estética y el ambiente que se pretenda crear.
Las revistas de
diseño nos ofrecen imágenes de terrazas de ensueño pavimentadas
con madera, pero ten en cuenta, que este tipo de superficies requiere
un mantenimiento constante. Si no vas a poder dedicarle mucho tiempo
es mejor que te inclines por materiales que imitan la madera o por el
tradicional suelo de baldosas, resistentes y lavables. Ten cuidado
con los azulejos, sobre todo si tu terraza es abierta y vives en
zonas de clima frío, no aguantarán las heladas.
Las plantas estarán
colocadas en contenedores o macetas, aprovecha para jugar con los
colores y texturas, eso sí ten presente que siempre deben estar
agujereados para que el agua del riego sobrante pueda salir y no
encharque el substrato. Limpia a menudo los platos para recoger el
agua, no dejes agua en ellos, pueden producir la pudrición de las
raíces y ser fuente de plagas.
Las tradicionales
macetas de terracota ofrecen la facultad de que son transpirables lo
cual puede ayudar a que tus plantas se liberen más fácilmente del
exceso de humedad. Pero ten en cuenta que esta misma facultad hace
que en verano tus plantas traspiraran más y en invierno, las heladas
pueden hacerlos estallar. Hoy en día les encuentras con modernos
diseños y pinturas. Puedes dejar volar tu imaginación e incluso
decorarlos tu mismo, y siempre puedes jugar con cubretiestos ya que
la gama es amplísima y te darán mucho juego.
- Elementos
pesados.
Ten en cuenta que no
se pude poner todo el peso que se quiera en una terraza. Esto
condiciona el tamaño y la cantidad de tierra de las macetas. Ten
cuidado sobre todo con las macetas y jardineras colgantes, sobre todo
si vives en casas antiguas con las paredes arenosas. Los soportes
deben ser siempre los adecuados para sujetar macetas y debes
anclarlos lo más seguro posible.
Si quieres reducir
el peso puedes reducirlo sustituyendo la gravilla por arcilla
expandida, las macetas de terracota por macetas de resina de
poliéster, que imitan perfectamente el barro y otros materiales, son
muy ligeras y se comercializan hoy en gran cantidad de formas y
tamaños. La tierra mojada también resulta pesada; la turba o los
sustratos elaborados a partir de ella son mucho más ligeros que la
tierra vegetal. El reparto del peso también es importante, coloca
los grandes pesos en los bordes y la zona de la terraza que está
pegada a la casa ya que son los puntos más fuertes estructuralmente
hablando. Es mejor que el centro no tenga elementos pesados.
- Las humedades.
Si usas jardinera
construidas sobre la terraza, ten en cuenta que con el paso de los
años las raíces acaban penetrando entre la impermeabilización y el
material de construcción, provocando humedades a ti o a tus vecinos.
Son mucho más seguras las jardineras y macetas exentas.
Si colocas pérgolas
o celosías, pegalas al suelo, no las atornilles o podrías perforar
la tela asfáltica que impermeabiliza tu terraza.
- Vistas.
Otro aspecto que
cobra una importancia enorme en el caso de las terrazas son las
vistas: las que se quiere ocultar y las que se desea potenciar; las
zonas que hay que preservar de las miradas externas, y los puntos de
la terraza o del exterior que se verán continuamente desde el
interior de la vivienda. Todos esto debe quedar reflejado
cuidadosamente en el plano.
-
Distribuir el espacio
Si ya tenemos las
ideas claras sobre que quiere y puede conseguir, es la hora de ver
los recursos que tienes disponibles para lograr tu objetivo.
Aunque una terraza
no necesita caminos, es mejor que al ser el espacio reducido, no
encontremos obstáculos. Deja en el centro espacios lo
suficientemente amplios y cómodos para resultar prácticos.
No coloques plantas
muy grandes, o si lo haces, colócalas en el perímetro. Escoge
especies que tengan un mayor desarrollo vertical que horizontal o
tendrás que podar con frecuencia para que no invadan el espacio.
Si tu terraza es
pequeña no coloque macetas grandes en el suelo, es mejor colocar
solo una enfrente de la zona de entrada. Es mejor que coloques las
plantas colgadas de la barandilla o la pared. Elige ejemplares
pequeños como pensamientos, petunias, alegrías, prímulas… o
trepadoras siempre bajo control, bien tutoradas pueden dar mucho
juego.
Si necesitas
sombrear un área de tu terraza para crear una zona de estar, lo más
práctico es que instales un toldo, ya que lo puedes extender y
recoger cuando haga falta. Lo malo es que retienen mucho el calor.
Otra solución puede ser construir una pérgola. Este es un elemento
estructural que puede ser capaz de dar sentido a todo el diseño. Son
muy decorativas y tienen la ventaja de que cuando se cubren con
especies caducas, permiten el paso del sol en los meses de invierno y
dan una sombra fresca en verano. Eso sí, ten en cuenta que el
cuidado de las trepadoras que las cubre puede dar bastante trabajo.
Tener árboles para
dar sombra en una terraza solo es posible en contadas ocasiones
debido al gran tamaño y peso de los contenedores que se necesitan.
El tamaño de la
terraza marcará el tamaño de los muebles que podamos colocar. En
terrazas muy pequeñas, es mejor colocar un sofá con una mesita que
mesas o sillas en el centro, aunque siempre puedes recurrir a
mobiliario plegable. Evita abigarramientos. Si tienes una terraza
grande puedes usarlo para distribuir el espacio.
Crea focos de
atención no muy grandes como una fuente de pared, una maceta
especialmente decorativa o una planta determinada.
Si tienes unas
vistas que deseas ocultar, puedes hacerlo recurriendo jardineras con
arbustos o macetones. Esto, además refrescará el ambiente y
amortiguará los ruidos y el viento. También es una buena idea el
uso celosías con o sin plantas trepadoras.
Una clásico es
dedicar una pared para colocar trepadoras. Ten cuidado con las
especies caducifolias que tiendan a crecer mucho porque pueden acabar
adueñándose de todo el espacio. Esto pasa con los rosales
trepadores, las glicinias, las parras… Es mejor usar especies
trepadoras de hoja persistente como las hiedras, el jazmín chino, la
buganvilla… Dado que normalmente las paredes son las zonas con
mas sombra del jardín, es mejor escoger especies de sombra.
-
El riego
A poco tamaño que
tenga tu terraza es mejor que te olvides de regar a mano, sobre todo
si esta localizada a ras de suelo. Las plantas que viven en macetas o
contenedores, son mucho más sensibles a la falta de agua que las que
están plantadas en tierra. Debes colocar tus plantas teniendo en
cuenta como vas a regar tus plantas o cuanto riego necesitan.
Planifica el riego en vacaciones o tendrás un disgusto a tu vuelta.
Preciosa y se riega sola (Fuente http://www.tiendadeljardin.com) |
Si tu terraza es
pequeña y no quieres estar pendiente del riego continuamente recurre
a hidrojardineras. Son muy fáciles de instalar y de utilizar; y
existen multitud de modelos, tamaños y colores. Este sistema te
permitirá olvidarte del riego de las plantas entre una semana y diez
días, según la temperatura ambiente.
Este tipo de macetas
se componen por dos contenedores entre los que resta un espacio en la
zona inferior. Ese espacio sirve de depósito de agua, donde
descansan unas mechas que salen del interior de la maceta y que están
en contacto con el sustrato y, por tanto, con las raíces. De esta
manera las mechas se empapan con el agua que ponemos en el depósito
y las mismas plantas van absorbiendo la humedad que necesitan.
Además, estas
macetas incluyen un chivato que nos indica el máximo y el mínimo de
agua que requiere la planta, es decir, la cantidad de agua que
debemos poner en el depósito. En función de la cantidad que
pongamos, del tamaño de la hidrojardinera y de la temperatura del
ambiente, este sistema puede surtir de agua a la planta desde una
semana hasta un mes como máximo.
Si tu terraza tiene
un tamaño medio o grande la mejor manera de mantener tus plantas es
instalar un sistema de riego. Lo más común es que tu terraza no
tenga salida de agua, así que tendrás que sacar una conducción
desde la cocina o un baño. Lo más lógico es que la red de riego
vaya pegada a las paredes de la terraza, ya que es la forma más
fácil de esconderla y de que la tubería no quede en medio del paso.
Si hay que poner alguna planta o grupo de plantas en el centro de la
terraza se puede pensar en pasar la tubería por la red de desagües
o por una pérgola o celosía. Los mejores resultados se obtienen con
los sistemas por goteo.
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Ten cuidado
Si tu terraza es
abierta tu gran enemigo son los elementos. Tenlos en cuenta antes de
planificar la terraza y a la hora de mantenerla. En terrazas
cerradas el gran enemigo es la condensación, los mohos y las plagas.
En primavera deberás ventilar adecuadamente tu terraza para evitar
la condensación de los días cálidos, pero teniendo en cuenta que
aún las heladas suponen un peligro, sobre todo para los brotes. Aún
es tiempo de fuertes vientos, ten cuidado pues pueden ser muy
destructivos. Cuidado con la condensación pues puede provocar
infecciones de hongos. Si ya es tarde, puedes combatir estos hongos
de la humedad, como la roya o el mildiu, con fungicidas.
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