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martes, 15 de marzo de 2016

¡Esta vez no se me mueren! Acidófilas en suelos calizos.

Fuente:  http://www.verdeesvida.es
Hay unas pregunta que oímos mucho en nuestro Centro de Jardinería: ¿porqué se me han muerto las azaleas?, o mi Brezo se está poniendo amarillo ¿qué puedo hacer?. En general, la respuesta es muy simple: has plantado estas especies en un suelo alcalino, y estas plantas necesitan suelos ácidos.

La acidez o alcalinidad de los suelos son determinantes para que tus plantas pueden prosperar.
Hay zonas en España, donde se dan este tipo de suelos ácidos de forma natural especialmente en el norte atlántico. Fuera de estas áreas, el cuidado de este tipo de plantas es todo un reto.
Hay que tener en cuenta que, además de un sustrato ácido (pH < 7), las acidófilas son, en general, especies que necesitan temperaturas suaves, humedad ambiental, lluvia abundante y un emplazamiento en semisombra u orientado de tal forma que el sol no las queme.

Si aún así quieres mantener tener un jardín de acidófilas o incluso mantener una maceta de este tipo de plantas debes tener estos puntos en cuenta


1. Deben tener un sustrato ácido

Son plantas muy sensibles a la presencia de cal en su entorno, para ellas es como un veneno. Necesitan suelos con un pH <7 Cada especie necesita un acidez determinada. El pH que necesitan hortensias, camelias, azaleas, gardenias y rododendros, por ejemplo, debe estar entre 5,5 y 6,5; el de brezos y callunas puede ser aún más bajo.

En general los suelos de España se distribuyen de la siguiente manera:
Fuente: http://hispagua.cedex.es

Pero para más precisión a la hora de saber cuál es el pH de la tierra de tu jardín necesitarás usar un reactivo. Puedes encontrarlo en nuestro Centro de Jardinería o en establecimientos especializados.

Si resulta que tu sustrato es alcalino este tipo de plantas darán pocas flores y sus hojas tenderána amarillear. Esto se debe a que en los suelos alcalinos escasean varios elementos solubles como el hierro, Magneso, zinc, cobre, boro… además de la presencia de calcio, lo cual aumenta la dificultad de la planta para asimilar estos nutrientes.

Ante estos problemas puedes hacer dos cosas: 

  • Reemplazarlo por un sustrato ácido. Es la mejor solución para su cultivo en macetas y contenedores, ya que sólo tendrás que rellenarlos con este tipo de sustratos. Si vas a a hacerlo en tu jardín deberás retirar unos 40 cm de espesor de suelo en la zona donde quieres instalar el macizo y rellenar con tierra de castaño o de brezo.
  • Enmendar el suelo, supone corregir el pH alcalino de tu jardínConsulta con un especialista antes de realizar esta operación. Dependiendo del pH de tu suelo la intervención deberá ser más o menos frecuente. Según el grado de alcalinidad a veces basta con mezclar la tierra del jardín con mantillo de hojas bien descompuesto, o con turba rubia (pH 3,5) en proporción mitad y mitad. Los pH más altos deben estudiarse por separado. Deberás repetir esta operación cada dos o tres años, con cuidado de no dañar las raíces.
Si acolchas tus plantas con corteza de pino contribuirás a la acidificación del sustrato.


2. Deben regarse con aguas blandas o acidificadas.


El agua con la que riegas tus plantas presenta características similares a las del suelo de la zona donde vives. Así en zonas con suelos muy alcalinos solemos encontrar aguas
aguas duras o calcáreas. El riego con este tipo de agua hará que el pH del sustrato de tu jardín vaya subiendo paulatinamente, incluso si has usado un sustrato ácido en su plantación.

La distribución de los tipos de agua en España es:
Fuente:http://hispagua.cedex.es
Estas plantas deben regarse con agua blanda, incluso si la compras embotellada debes cuidar que tenga una mineralización débil y nunca más de un 2% de calcio.
Incluso aunque no vivas en el área mediterránea, si en tu ciudad la potabilizadora usa hipoclorito de sodio el agua de riego será demasidado dura para estas plantas.

La solución pasa por usar agua acidificada.
  • Recoge el agua de lluvia, pues es este el que mejor resultado te dará a la hora de cuidar este tipo de plantas.
  • Para las plantas en maceta o contenedores, puedes acidificar el agua con ácido cítrico. Prepara el agua para varios riegos y ten a mano el kit de medición de la acidez. Vete mezclando el agua con el ácido cítrico hasta que consigas un pH 5. Debes alternar el riego con este agua y el que usas habitualmente con las demás plantas. Si abusas de este agua acidificada la planta recibirá un exceso de concentración de sales. Mide cada cierto tiempo el pH del substrato y actúa en consecuencia.
  • Para los macizos o en tu jardín lo que mejo funcional es neutralizar la cal de las aguas duras con sulfato de hierro. Lo encontrarás en tu centro de jardinería. Sigue las instrucciones del envase para disolverlo en agua. Riega con esta solución abundantemente el pie de las plantas una vez al mes. Para los demás riegos usa el agua normal y en invierno suspende el tratamiento.
  • Para las superficies grandes puedes esparcir sulfato de hierro en gránulo una vez al año directamente sobre la tierra.

3. Protégeleas del sol excesivo y de las heladas

Lo ideal es que reciban el sol de la mañana y permanezcan a la sombra el resto del día, especialmente resguardadas del sol de poniente. Una excesiva insolación dañará las las flores e incluso las hojas; sobre todo de las azaleas, camelias y rododendros. También se pueden dejar directamente a la sombra, pero darán menos flores.

Estas plantas son muy sensibles a las bajas temperaturas, no resisten heladas.


4. Combate la clorósis férrica.

Fuente: http://www.verdeesvida.es
Uno de los efectos que producen los suelos alcalinos en este tipo de plantas es la clorosis férrica, que se evidencia en la pérdida de color sobre todo de las hojas nuevas, que se vuelven pálidas o amarillentas mientras las nervaduras permanecen oscuras. No es un fenómeno uniforme: se pueden ver en la misma planta hojas con clorosis y otras sanas. Aparece porque el exceso de alcalinidad provoca un bloqueo del hierro y otros micronutrientes presentes en el suelo, que no se disuelven en el agua y no pueden ser absorbidos por las raíces. Con un pH 8 ya se puede presentar este problema.
Los quelatos de hierro son un remedio eficaz, ya que tienen una estructura química que preserva su solubilidad. Son fertilizantes que se pulverizan sobre las hojas (en poco tiempo reverdecen), el método más cómodo y conveniente para las plantas en maceta, o se disuelven en el agua de riego o se esparcen en gránulos directamente en el suelo del jardín. Producen manchas en el suelo y la ropa, de modo que hay que aplicarlos con cuidado. Es necesario respetar la dosis y la frecuencia indicadas (se debe interrumpir en invierno) para no provocar quemaduras. Además, no deben administrarse la misma semana que el sulfato de hierro.
Ahora bien, aunque evita la clorosis férrica, limitarse únicamente al tratamiento con quelatos no soluciona el problema de fondo: es preferible acidificar el suelo, ya que se liberarán otros micronutrientes valiosos para las plantas.





Fuente: http://www.verdeesvida.es
Por último, las tareas de abonado general del año también deben aplicarse a las acidófilas. En tu centro de jardinería encontrarás ácido cítrico, sulfato y quelatos de hierro, así como tiras reactivas, y te aconsejarán sobre la forma más conveniente de usarlos en tu zona.

Fuente: Asociación Española de Centros de Jardinería. http://www.verdeesvida.es

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