Normalmente el
sustrato está formado por materia orgánica rica en microorganismos
imprescindibles para mantener tus plantas en buenas condiciones.
Pero, durante la primavera y el verano las plantas de tu jardín se
han desarrollado con fuerza y pueden haber consumido el sustrato de
tu jardín. Para compensar esa pérdida es necesario que mejores el
suelo o lo enriquezcas con nuevos aportes con el fin de mejorar su
estructura, aumentar su fertilidad y potenciar la presencia de fauna
beneficiosa (pequeños insectos, lombrices…) Es ésta la función
de los abonos que proceden de la descomposición de sustancias
vegetales o animales, pero también de los abonos minerales, que
actúan de una forma más directa.
En nuestro Centro de
Jardinería encontrarás muchos tipos de abonos para ayudarte a
conseguir crear el mejor suelo para tus plantas. Pero tu mismo
puedes conseguir hacer tu propio abono, puedes fabricar tu propio
compost.
Compostadora Lt 280 de Verdemax |
El
compost es un abono natural muy completo, que aporta los nutrientes
necesarios para tus plantas de manera progresiva. Además, airea y
mejora la estructura del suelo, y con ello su capacidad de retención
de agua. Es ideal para un abonado a fondo a comienzos de la primavera
o de cobertera durante el crecimiento de las plantas.
Tradicionalmente
se ha fabricado el compost en pilas pero si no tienes el espacio y el
tiempo que requiere ese sistema puedes recurrir a una compostadora
que hará el trabajo entre cuatro y seis meses. Lo mejor es que el
compost lo puedes fabricar reciclando los desechos que se generan
tanto en el jardín como en la cocina; es muy económico y, a la vez,
completamente ecológico. No te preocupes por los olores, pues todo
el proceso se produce en contenedores cerrados que mantienen la
temperatura y la humedad constante todo el año. Las compostadoras
son rápidas y eficientes.
Si no tienes
compostadora pero aún así quieres aprovechar los propios recursos
de tu jardín siempre puedes recurrir a estos dos trucos:
-
Estiércol de hojas
Si tienes
compostadora puedes aprovechar los restos de poda o utilizar las
hojas que tus árboles están ya desechando. Pero si no, puedes
hacer un compost ligero y que no necesita mucho espacio, puedes hacer
estiércol de hojas. Ahora es el momento de recogerlas y
amontonarlas en un lugar abierto para dejarlas descomponerse hasta el
año siguiente. Pasado un año se habrán convertido en un amasijo
desmenuzado de color pardo oscuro.
Este compost no
contiene muchos nutrientes pero es especialmente indicado si
necesitas enmendar la textura y estructura del suelo.
Tiene la desventaja
de que se descompone con gran rapidez y que además puede contener
semillas de malas hierbas.
Este compost no
tiene porque enterrarse a profundidad y puede aplicarse en forma de
colcha en más o menos 3 kg por metro cuadrado.
-
Estiércol vegetal.
Es una práctica muy
antigua pero efectiva. Consiste en sembrar ciertos tipos de cultivo
para enterrarlos una vez crecidas las plantas y así proporcionar una
reserva de nitrógeno y mejorar la textura del sustrato.
Suelen usarse
especies con un sistema radicular profundo y un gran sistema foliar
como la alfalfa, el trébol, los yerros, la colza, la mostaza, el
altramuz… e incluso algunas variedades de centeno.
Siembra las semillas
a voleo de forma densa, en primavera, principios de verano; o después
de la cosecha, al inicio del otoño; y posteriormente entiérralas
con el rastrillo. Las plantas crecerán rápidamente. Debes
enterrarlas justo antes de que florezcan. Después deberás
espolvorear sulfato de amonio (55gr/m²) para prevenir cualquier
déficit temporal de nitrógeno. Si no hay plantas en la zona, las
bacterias que producen la descomposición necesitarán una ayuda para
comenzar el trabajo, de ahí el sulfato de amonio.
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