- La jardinería como escuela
Desde
nuestro Centro de Jardinería defendemos que el aprendizaje de tus
niños a través de la jardinería debe ser una parte indispensable
de su educación y desarrollo personal. A través de la jardinería
tus niños se conectarán con la naturaleza, y verán de primera mano
como crecen sus propios alimentos.
Los
niños aprenden mejor mejor realizando por si mismos las tareas, que
sólo observando. Disfrutar de la jardinería con tus niños supone
todo un mundo de exploración, educación y diversión. Es una
sensación inolvidable descubrir a un niño este maravilloso mundo,
ver como van ganando confianza, toman sus propias decisiones y se
llenan de orgullo con sus logros.
Para
tus niños el jardín se puede convertirse en un laboratorio de
ciencias, donde cultivar la curiosidad por la naturaleza, por la
horticultura y por la vida silvestre; un lugar donde aprender
maravillosas lecciones que aplicar en su vida diaria.
Practicar
la jardinería enseñará a tus niños a resolver problemas usando
las matemáticas. Ejercitarán sus habilidades de cálculo,
geometría porcentajes, y la recolección de datos (una de las
profesiones del futuro). Deja que tus niños midan la parcela del
jardín y designen las diferentes zonas de cultivo. Enséñales a
contar sus propias semillas, las que son necesarias para cada parcela
y el número de plantas que brotarán en esos lugares.
Si
tienes niños más mayores puedes encargarles que recojan datos sobre
el jardín, creen tablas y gráficos para realizar el seguimiento del
cultivo de sus plantas.
Si
no tienes jardín puedes cultivar junto a tus niños tus plantas de
interior. Dejar que te ayuden a cuidar plantas que crecen durante
todo el año les permitirá desarrollar habilidades como la
responsabilidad, la comunicación y la cooperación. La jardinería
junto a tus niños ayudará construir su confianza en sí mismos, los
hará más equilibrados emocionalmente y los empoderará; mientras
que a ti, te da la oportunidad de pasar tiempo de calidad con tus
hijos.
- Deja que tus niños tengan su propio jardín
En
medio de las ciudades el cultivo de un jardín o de sus propias
plantas conectará a los niños con la naturaleza.
Deja
que tus niños elijan sus propias plantas, dales consejos, pero no
impongas tu criterio. Ayúdalos a diseñar sus propios proyectos y
plantes. Puedes dejarles un trozo del jardín familiar, o un rincón
en tu terraza, balcón o incluso dentro de tu hogar. Será un gran
ejercicio para cultivar su empoderamiento y responsabilidad.
Planifica
con ellos la siembra, el diseño y el mantenimiento, ayudalos en todo
lo que te pidan, pero recuerda que se trata de que aprendan a ser
responsables. Una genial idea es iniciarlos en el cultivo de su
pequeño huerto, donde la cosecha y el consumo de las verduras y
hortalizas resultantes les ayudará a aprender acerca de dónde viene
la comida y a adquirir hábitos alimenticios saludables. Hay varias
investigaciones que demuestran que los niños que cultivan sus
propios alimentos son más propensos a comer frutas y verduras
frescas.
Anima
a que tus niños compartan esta actividad con sus amigos. Busca
grupos en tu entorno que se dediquen a fomentar los huertos y
jardines urbanos. Verás como a medida que tus niños trabajen
juntos en un proyecto común aprenden la importancia de la
cooperación y el intercambio de ideas.
- Ayudales a elegir las plantas más adecuadas
Cuidado
a la hora de elegir las plantas, pues algunas son francamente tóxicas
para los niños (y mascotas como perros, gatos, conejos...), por lo
que debes evitarlas en los jardines para niños. Si a la hora de
escoger sus plantas elige una venenosa es mejor que le expliques
porqué no debería hacerlo. Los niños prefieren que les
expliquemos las razones de una negativa y asumen mejor el cambio de
opinión.
Las
principales plantas a evitar son el ricino (Ricinus communis), el
guisante rosario (Abrus precatorius) y las adelfas (Nerium oleander).
Estas plantas son peligrosas, incluso en pequeñas cantidades y en el
caso de las adelfas incluso el aceite que desprenden sus hojas. Otras
plantas a evitar son la trompeta de ángel ( Brugmansia ), la espuela
de caballero, la dedalera ( Digitalis ), la hierba de San Juan
(Hypericum), las lobelias (sobre todo la Lobelia cardinalis), el
aliso de mar (Lobularia maritima), la arañuela (Nigella damascena) y
la valeriana (Valeriana officinalis). Para
saber mas consulta nuestro post "Plantas naturalmente tóxicas"
Sin
embargo, muchas plantas son perfectamente seguras para los niños.
Estas incluyen verduras que crecen rápidamente, como las calabazas,
patatas y rábanos, y los que tienen grandes semillas que se ajustan
bien en las manos pequeñas, como las legumbres (sobre todo las
judías o alubias) o el girasol. Estas son las plantas con las
conseguirá mejores resultados al iniciar su huerto.
A
los niños les encanta el aroma de las hierbas aromáticas como el
cebollino, la salvia, la menta y la albahaca. Estas plantas son
ideales para comenzar su pequeño jardín. Si tienes niños que se
llevan todo a la boca puedes elegir flores comestibles como las
capuchinas, los pensamientos, las violetas, y las caléndulas. No
las trates con productos fitosanitarios y ten cuidado con el abono
(consulta en tu Centro de Jardinería cuales son los más indicados
para usar en este caso). Tus niños no sólo disfrutarán
cultivándolas, podrán comérselas sin peligro e incluso usarlas
para decorar sus propias creaciones culinarias.
- También si no tienes jardín.
Si
no tienes jardín también puedes disfrutar del cuidado de las
plantas junto con tus niños. Puedes disfrutar con ellos del cuidado
de tus plantas de interior o dejarle cuidar de las suyas propias,
incluso en su habitación ya que se ha demostrado que no es peligroso
dormir con ellas. También puedes dedicar a “su jardín” una
ventana, un trozo de tu terraza o incluso un balcón. Anímate a
construir con ellos un comedero para pájaros o a cultivar un pequeño
semillero en yogures señalando cada plantita con un palito de
helado.
Puedes
ayudarles a hacer germinar judías, guisantes o lentejas en pequeños
envases de yogur. O puedes ayudarles a hacer crecer una semilla de
aguacate en una bulbera. Los dos son proyectos sencillos de plantas
que crecen rápidamente haciendo que tus niños pueden observar y
alimentar su planta fácilmente.
- No sólo en verano o en vacaciones
No
dejes que el cuidado de sus plantas sea una actividad sólo de
vacaciones. Ayúdales a mantener esta actividad durante todo el
año, les estarás enseñando el valor de la constancia.
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A
principios de primavera puedes empezar enseñándoles a cultivar en
interior semillas que trasplantarán después a su jardín. A
finales de primavera puedes animarles a cultivar un pequeño huerto
de hortalizas con lechugas, espinacas, rábanos, zanahorias….
Estas
son verduras que tus niños se animaran con más facilidad a probar
cuando las cosechen.
En
verano puedes utilizar la sombra de su jardín para leerle sus cuento
favorito.
En
otoño, puedes animarlos a cultivar sus propias calabazas para
Halloween.
En
invierno o durante todo el año, pueden cuidar de un mini-invernadero
como clase práctica del ciclo del agua (evaporación, condensación
y precipitación) dentro de un entorno controlado.
Durante
todo el año puedes dejarle ayudarte con tus plantas de interior o
dejar que cuiden de las suyas propias.
Otra
actividad para todo el año puede ser la construcción y/o el
mantenimiento de un comedero de pájaros. Se puede construir
fácilmente un comedero con un cartón de leche o una botella de
plástico. La responsabilidad de rellenar el comedero y la
posibilidad de observar los pájaros al comer les encantará. Si
colocas una fuente con agua cerca donde puedan bañarse, la presencia
de los pájaros esta asegurada.
¡Anímate
a cuidar tus plantas junto a tus niños, verás como muy fácil y
divertido!
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