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lunes, 27 de junio de 2016

Esculturas en tu jardín






Cuando piensas en colocar algún elemento ornamental o crear un punto focal en la decoración de tu jardín lo primero en lo que piensas es en colocar una escultura. Pueden ser de muy diversos materiales: de metal, de piedra, de fibra de vidrio, de resina…. incluso de madera.









Para escoger la que más indicada para tu jardín debes tener en cuenta tres cuestiones:









1. Emplazamiento
A la hora de escoger la que más se adecua a tu jardín debes tener en cuenta la decoración general de tu jardín y la escultura como pieza individual. La escultura que escojas va a formar parte de un todo y debe concordar con la decoración general. No debes dejarte llevar por las modas. Una escultura puede estar muy de moda, pero desentonará de forma horrible si no concuerda con el ambiente general de un jardín, el eclecticismo tiene un límite.

Asimismo ten en cuenta las proporciones de la escultura en su emplazamiento. Una escultura pequeña puede acabar siendo “invisible” en un entorno de plantas frondosas y una escultura demasiado grande puede anular las plantas que la rodean. Aquí la regla general es “menos es más”.

La altura a la que coloques la escultura es también muy importante ya que cambiaras por completo la perspectiva desde la que la verás. No es lo mismo ver una escultura desde arriba que observarla a la altura de los ojos. Si quieres resaltar las formas una peana te ayudará a hacerlo, si quieres integrarla en el entorno lo mejor es que la coloques a ras de suelo.




2. Iluminación
El mismo cuidado debes tener al escoger la iluminación que va a tener. Las formas se difuminan en los entornos de sombra y se vuelven más contrastadas cuando les da el sol directo. Puedes crear un efecto teatral si orientas las esculturas de manera que el sol de la tarde las convierta en siluetas negreas contra los colores de la puesta de sol.

Si usas esculturas que integran puntos de luz debes tener en cuenta que la iluminación endurecerá mucho las formas cuando las ilumine desde abajo y puede darles un aspecto fantasmagórico si la luz es muy blanca o fuerte.

Ahora puedes dar un ambiente chill-out a tu jardín incorporando esculturas retroiluminadas, que son a la vez esculturas y fuentes de luz. Puedes crear un un jardín postmoderno donde las esculturas parecen flotar en la luz. Las hay incluso que funcionan con pilas para una mayor autonomía.

Otro elemento a tener en cuenta es la combinación de colores. Los blancos, tierras y en general los colores neutros harán que la escultura destaque sobre el verde general sin robar protagonismo a las plantas, pero si lo que quieres es resaltar la escultura tu gama de colores se ampliará hasta donde la lleve tu imaginación.


3. Materiales
Aquí la norma fundamental es que debes escoger materiales que aguanten bien la intemperie. De nada te servirá escoger una maravillosa escultura que estalle con la primera helada. Las esculturas no se pueden guardar ni proteger tan fácilmente como las macetas o el mobiliario de tu jardín. Informate bien que las esculturas que adquieras aguantan las temperaturas mínimas de tu ciudad.

Igualmente, si vives en zonas donde las altas temperaturas son habituales debes tener en cuenta que algunos materiales se deforman con las temperaturas extremas. Hoy en día la gran mayoría de esculturas para jardín están preparadas para aguantar estos extremos, pero lo mejor es que preguntes a los expertos de tu centro de jardinería para saber si una determinada escultura aguanta la intemperie de tu ciudad.

Para esculturas de metal, las mejores son las realizadas en bronce, plomo y acero inoxidable ya que no se deterioran en exteriores. Su mayor inconveniente es que con temperaturas muy altas pueden acabar deformándose o quemar al contacto cuando estés dando un paseo.

La duración de tus esculturas de piedra dependerá mucho del tipo de ésta y de las condiciones climáticas. Nunca coloques calizas en entornos húmedos ni mármol cerca del mar o en zonas con alta contaminación. La mejor opción si te gustan este tipo de esculturas son las realizadas en piedra artificial mucho más resistentes y aptas para todos los bolsillos.

Las esculturas de madera son muy delicadas en exteriores y sufren enormemente con las oscilaciones climáticas de zonas como Burgos. Si eliges este material deberás tratarla con materiales conservantes al menos una vez al año, guardarla en un interior durante el invierno y no colocarla en el exterior hasta que hayan pasado los meses más húmedos de la primavera.
Hoy en día las resinas ofrecen acabados que imitan de forma increíble los materiales más diversos.
Si te gusta la textura de materiales que no aguantan la intemperie ya puedes incorporarlos a tu jardín con facilidad.

Si la escultura que escojas es a la vez un macetero, lo mejor es que no plantes directamente sobre ella, usa un contenedor o la planta puede llegar a romperla al crecer. ¡Es increíble la fuerza que tienen las raíces incluso en las plantas más pequeñas!



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