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viernes, 13 de mayo de 2016

Pequeña guía de abonos para begginers.

Al igual que tú con las vitaminas, tus plantas requieren una serie de nutrientes para encontrarse bien, florecer, dar frutos y resistir sequías y heladas. Pero tus plantas no necesitan las mismas vitaminas que tú ni las asimilan igual. Ellas necesitan este aporte extra de energía en el sustrato en el que crecen. Pero en el mercado hay una multitud de abonos y puede que te encuentres un poco confuso a la hora de saber qué, cuando y cómo debes “vitaminar” a tus plantas. En este post vamos a intentar darte respuestas a estas preguntas.
Para desarrollarse, tus plantas necesitan sobre todo tres nutrientes esenciales: el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K). (Las letras entre paréntesis son los nombres químicos con los encontrarás en los envases comerciales) Y además en cantidades mas pequeñas, también necesitan magnesio, azufre calcio (en Burgos poco, ya que nuestra tierra es muy caliza), hierro, cinc, cobre, boro, manganeso y molibdeno. La cantidad de cada uno de ellos esta determinada por la especie de planta, su tamaño, su ciclo biológico, el ph de la tierra en la que se encuentran.... En los envases comerciales verás que las letras N, P y K aparecen junto a unos porcentajes, y muchas veces van seguidas de números que indican, normalmente, el porcentaje de magnesio y azufre.

Para conseguir los mejores resultados es importante que el sustrato donde viven tus plantas cuente con una estructura y textura adecuadas; siempre adecuadas al tipo de planta y al medio en el que vive, pues no es lo mismo que tengas tus plantas en macetas que en un jardín.
Cuando traes una nueva planta o en el mantenimiento de las que ya tienes en casa debes tener en cuenta que el sustrato que traen o usas para trasplantar solo aporta a tu planta determinados nutrientes durante unas dos o tres semanas. Después suelen agotarse. Por eso, pasado ese tiempo debes empezar a abonar.
Debes poner atención a la hora de escoger y aplicar el abono en tus plantas y seguir siempre las indicaciones del envase a la hora de saber cuanto y cómo abonar. Ten en cuenta que tanto si te quedas corto como si te excedes tus plantas pagarán las consecuencias.

  • ¿Pero cuál uso?

En los distintos abonos puedes encontrar tanto sustancias exclusivamente de origen orgánico (sustancias bio), inorgánico, o una mezcla de ambas. Dependiendo de las distintas cantidades de cada uno, de su presentación y de la forma de adminitrarlo, hay distintos tipos de abono. Cuando vengas Hedbe verás que tenemos una amplia gama de abonos en varios formatos. Puede que su número y variedad te resulten algo confusas. No te preocupes, pregunta a nuestro personal, estarán encantados de ayudarte.
Principalmente hay 7 tipos de abonos:


1. Las llamadas enmiendas orgánicas:

Básicamente sirven para mejorar la textura y la estructura del suelo haciéndolo más esponjoso y aumentando su capacidad de retención de agua.
Están formados por materia orgánica de origen vegetal y/o animal (estiércol de caballo, vaca u oveja) más o menos descompuesta. En función del grado de descomposición los nutrientes estarán disponibles antes o después.
Dependiendo de las necesidades de tus plantas deben aplicarse en superficie del sustrato o cavando la tierra y revolviéndola con ella. Según la calidad del suelo deberá aplicarse un a o dos veces al año.
Este tipo de abono se suele aplicar a partir de octubre y durante el invierno aprovechando el arado de la tierra de tu huerto o jardín. En los rosales, los setos… debe aplicarse a la vez que la poda. Protege durante el invierno las raíces de las heladas.
Si tus plantas están en tiestos o jardineras su uso no es recomendable pues podrías quemarlas. Si el sustrato de tus macetas ha perdido estructura y textura es mejor que lo renueves parcial o totalmente.

Cuidado con las cantidades cuando lo uses en la plantación de árboles y arbustos. Nunca debes aplicar más de un 3-5% del volumen de la tierra o la materia orgánica puede fermentar agotando las reservas de oxígeno de la tierra y creando un ambiente anaerobio pernicioso para las raíces.


2. Abonos granulados.

Verás que el abono se presenta en pequeñas bolitas que podrás esparcir sobre la tierra.
Los hay de tipos:
  • Liberación rápidos, que liberan los nutrientes a lo largo de 4-6 semanas

  • Liberación lenta en los que la liberación de los nutrientes puede durar 3-12 meses.
Debes dispersarlos sobre el sustrato y cubrirlos con un poco de tierra para que se disuelvan con la humedad del riego. Mucho cuidado con las dosis que indica el envase, especialmente si lo aplicas en macetas y jardineras.
Dentro de este tipo de abonos se encuentra el “Abono Azul” que es un abono granulado complejo de aplicación universal. Algunos tipos de este abono incorporan inhibidores de la nitrificación, lo que conlleva una mayor eficacia y respeto por el medio ambiente.







3. Abonos de liberación controlada




Este tipo de abonos son una alternativa a los granulados de liberación lenta. En ellos, los ingredientes están recubiertos por una cápsula de plástico que el agua va disolviendo paulatinamente, de manera que los nutrientes se van liberando poco a poco a lo largo de unos seis meses. Estos abonos son ideales para plantas que no exigen demasiados nutrientes como las adelfas, o las plantas autóctonas… Los encontrarás con los nombres comerciales Basacote y Osmocote.






4. Abonos solubles.









A la hora de comprarlos se presentan en polvo que debes disolver en el agua de riego. Suelen considerarse una alternativa a los líquidos, pero son más potentes; por lo cual debes extremar las precauciones a la hora de aplicarlos. Levan un dosificador pero aún así ten cuidado y no te excedas en las dosis sobre todo si los usas con plantas pequeñas.











5. Abonos en bastones y varitas.




El abono se presenta en forma de pequeñas varillas que se entierran a diferentes distancias del centro o del tronco de la planta. Liberan los nutrientes lentamente y duran mucho, unos 2-3 meses. Son de liberación lenta y suelen ejercer su efecto durante dos a tres meses. Esto les hace el método de abonado más cómodo y duradero.
Debes aplicarlos en los meses que tus plantas “descansan”, durante el llamado periodo vegetativo. Por ejemplo, si tus plantas florecen en primavera o verano, deberás aplicar este abono en febrero o marzo.

6. Abonos líquidos.






Son abonos especialmente preparados para aplicarles diluidos en el agua de riego. Son la forma más cómoda de abonar las macetas tanto de interior como de exterior ya que la disificación correcta te será más fácil. Su efecto es más rápido que los abonos orgánicos, granulados o en bastosnes.
Como con todos los abonos es muy importante que respetes las dosis indicadas en el envase.
Cada cuanto tiempo debes aplicarlos depende de cada planta, pudiendo oscilar el periodo de abonado desde los 7 hasta lo 20 días. Se usan generalmente desde la primavera hasta el otoño, pero sin usarlos en verano ya que entonces las raíces trabajan menos y las partes aéreas usan sus fuerzas para resistir las altas temperaturas. No debes usarlos en invierno.










7. Abonos específicos






Hay una serie de plantas que tienen unas necesidades específicas en nutrientes y este tipo de abonos se fabrican para adaptarse a estas exigencias concretas. Por ejemplo encontramos abonos específicos para plantas verdes, para plantas de flor, para acidófilas, para plantas de interior, para rosales, cactus, frutales, orquídeas... Normalmente son o granulados, o solubles o líquidos.





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