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Fuente: www.verdeesvida.es |
Cada
día se extiende más la idea de crear modelos sostenibles dentro de
las ciudades. Crear ciudades verdes donde la naturaleza y lo urbano
se integren. Dentro de este modelo, los huertos urbanos tiene un
gran papel.
Tener
tu propio huerto es una experiencia que vale la pena. Disfrutar de
tu propia cosecha es algo que te llenará de satisfacción y podrás
disfrutar del sabor de hortalizas y frutas con un sabor, como “el
de antes”. Además, numerosos estudios han demostrado que las
frutas y hortalizas cultivadas fuera de los canales comerciales
tienen mayor índice de nutrientes. Todo son ventajas.
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Fuente: www.verdeesvida.es |
No
sólo en espacios grandes, a las afueras; sino en una casa con patio,
aprovechando un área común de una urbanización o incluso en pisos
con terrazas, un terrado… etc, un huerto urbano es una genial idea
para acercar la naturaleza a nuestro hogar.
Si
tienes en mente montar tu propio huerto, puede que te sientas un poco
confuso y desbordado. Un huerto no es algo difícil de mantener,
pero sí es algo que requiere dedicación.
Queremos
ayudarte a dar los primeros pasos en este mundillo, ayudarte a
comenzar tu propio huerto. Poco a poco adquirirás más experiencia
por ti mismo, con el intercambio con otros horticultores o
preguntando en tu Centro de Jardinería. Verás como cuidar tu huerto
se convertirá en un placer.
Antes
de empezar
Planificación.
- Si dedicas una parte de tu jardín es mejor que no cubra más de un 10% y ten siempre en cuenta que si no obtienes los resultados deseados siempre podrás volver a integrar este espacio.
- La cantidad y calidad del agua disponible es crucial y determinará qué puedes cultivar, dónde y en que extensión de terreno.
- El tiempo que le puedes dedicar es crucial. Empieza poco a poco, no seas demasiado ambicioso o puedes sentirte desbordado. Si empiezas desde cero empieza con pocas especies, las más fáciles son las lechugas, los puerros, las zanahorias, las cebollas y las patatas. En un terreno pequeño y según ganes confianza, o puedas dedicarle más tiempo; amplíalo.
Emplazamiento
Dependiendo
de las características de tu terreno tendrás que planificar tu
huerto de una forma u otra.
El
mejor emplazamiento es una zona soleada, aireada y drenada, si puede
ser con orientación sur suroeste.
Comprueba
que esta situado en una zona de fácil drenaje o tendrás que
solucionarlo antes de comenzar. El encharcamiento puede ahogar tu
cosecha fácilmente.
Si
vives en una zona fría, es mejor que coloques un seto a modo de
cortavientos o recurras a un muro para proteger tus plantas. Nunca
orientes los hileras de plantas al norte o los vientos invernales lo
tendrán muy fácil para acabar con tus plantas. Para evitar las
desagradables sorpresas que pueda traer la meteorología puedes
mantener invernaderos de túnel, tener mantas térmicas en buen
estado y guardar los semilleros a cubierto.
Herramientas necesarias
Para empezar no requieres nada más que unas pocas herramientas manuales una azada o aporcador, un escardillo, un rastrillo, una pala, unas buenas tijeras, guantes…. Lo más importante es que sean de buena cálida y ergonómicas para que faciliten la labor y las tareas cansen menos. Según te sean necesarias puedes ir ampliando tu colección. Todas requieren cierto mantenimiento, afilado, cambio de mangos desgastados u rotos y limpieza, especialmente al finalizar la cosecha.
Preparación de la tierra.
El suelo de tu huerto debe ser mullido y profundo, aireado, de consistencia media y no excesivamente compactado.
Si tu terreno no cumple estas características puedes intervenir modificando su composición.
- En los suelos arcillosos y pesados se puede mejorar el drenaje y la aireación mezclando arena de río o gravilla ligera.
- En los suelos arenosos o excesivamente ligeros deberás aportar materia orgánica y turba de manera copiosa.
Limpia la tierra del terreno que vas cultivar de piedras o cascotes. Arranca las malas hierbas a mano o con la ayuda de una azada. En terrenos grandes puede que requieras usar una desbrozadora.
Criba la tierra y abonala.
Divide el terreno en parcelas de unos 300x120cm dejando un pasillo entre ellas. Este pasillo evitará que al trabajar en el huerto compactes la tierra al pisarla y esta pierda porosidad. También facilitará la eliminación de las malas hierbas.
Si vas a tener tu huerto en un espacio reducido como una terraza o incluso un balcón deberás planificar y condensar tu producción. Tus cosechas no serán muy variadas o numerosas, pero deliciosas y sanas, ¡y las tendrás en tu propia casa!
Arar o no arar
Tradicionalmente para preparar el terreno se araba uno o dos meses antes de la plantación, para preparar la tierra antes de trasplantar. Se abrían surcos en ella con ayuda de una azada o de un aporcador. Si te decides por este método, los surcos deben ser paralelos para facilitar el riego y la eliminación de las malas hierbas y deben tener unos 30-40 cm de profundidad. Deberás tomar medidas para recuperar la tierra cada año, dejándola descansar cada cierto tiempo, recurriendo a la rotación de cultivos o renovando los nutrientes de la tierra con abonos de calidad.
Si tu huerto no es muy extenso la opción de no arar no te supondrá gran esfuerzo extra y te dará muy buenos resultados. Cuando aramos la tierra, la volteamos para eliminar malas hierbas y preparar el terreno, pero también, estamos provocando la muerte de todos los microorganismos que estaban en capas inferiores del suelo y los exponemos directamente al Sol y a los letales rayos UV. La tierra de las capas inferiores, que estaba húmeda y tenía materia orgánica empieza a perder vida de nuevo y se reseca antes de lo que pensamos. Esto empobrece la tierra y hace que tengamos que abonarla cada año.
Si queremos dar a nuestro huerto un carácter más ecológico un buen acolchado es la mejor manera de proteger la tierra del Sol y de la pérdida de agua y humedad. Este mismo mecanismo es el que tiene la naturaleza para protegerse: los humedales, los bosques y los prados, nunca pierden su capa protectora vegetal.
Abonado
El
mejor abono para nuestro huerto es el humus natural, que facilita el
crecimiento de las plantas y de los árboles frutales.
Un
suelo bien abonado retiene mejor la humedad, resulta más esponjosos
y más fácil de trabajar. Para la correcta preparación del terreno
y previamente a la siembra, debes realizar un abonado de fondo. Los
abonos inorgánicos, aportan en mayor cantidad y más rapidamente los
nutrientes que necesitan tus plantas. Suelen usarse cuando el huerto
ya está en funcionamento, para potenciar el crecimiento, floración
y desarrollo de los frutos.
Cada
especie tiene unas necesidades determinadas. Las lechugas, coles,
espárragos, apios, endibias...necesitan mucho nitrógeno, mientras
que las zanahoras, las patatas y los nabos necesitan una mayor
concentración de potasio y fósforo. Para acertar dirígete a
centros especializados.
Eso
sí, ten cuidado de no abonar en exceso o quemarás las plantas.
Puedes
adquirirlo adquirir en tiendas especializadas o en tu garden center.
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