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viernes, 20 de mayo de 2016

Árboles frutales

Cultivar árboles frutales en el jardín es una práctica muy antigua que nos lleva a la época en la que las personas tenían su pequeño huerto al lado de casa, pero hoy en día la desconfianza creciente hacia el abuso de los productos químicos en los cultivos intensivos esta haciendo que cada vez más proliferen los pequeños huertos de árboles frutales para autoconsumo. En tu jardín o huerto eres tú el que controla que fitosanitarios usar.


  • Suelo y plantación.

Como norma general, los árboles frutales requieren suelos de consistencia media, profundos, ricos en nutrientes y muy bien drenados.
El lugar que mejor les conviene es la zona más protegida del viento de tu jardín, pero que esté bien soleada y aireada.

En terrenos fríos en los que domina el viento del Norte, como Burgos, la plantación debe hacerse una vez haya pasado el peligro de las heladas, a finales del invierno o principios de la primavera según años. En las regiones más cálidas pueden efectuarse durante el otoño, una vez hayan perdido las hojas los árboles.

Cuando los plantes debes procurar no doblar las raíces, debes colocarlas rectas. No debes enterrar la zona del injerto, ya que de lo contrario, se puede producir el franqueo, emitiendo raíces la variedad injertada lo que retrasará la fructificación.
Cuida que sus sistemas radiculares bien insertadas en la tierra, sin bolsas de aire ente ésta y las raíces o el enraizamiento será lento o incluso no llegará a producirse.

Si tu jardín es pequeño también puedes cultivar una gran variedad de manzanos y perales en poco espacio. Para ello debes procurar que los árboles mantengan un tamaño reducido pero sean productivo al mismo tiempo. Esto se consigue injertando variedades productivas sobre un plantón débil, como por ejemplo injertando perales sobre membrillero de Provenza o manzano sobre M9 o M26*. Si eliges estos portainjertos debes tener en cuenta que las plantas, a menudo, tienen un limitado desarrollo radicular, las ramas jóvenes puede que no logren sostener el peso de las las manzanas que a pesar del tamaño del árbol seguirán siendo grandes, por lo que les des un soporte para que éstas no se inclinen o se quiebren.

árbol en contraespaldera.  Fuente: http://www.verdeesvida.es
Apoyados sobre un muro orientado al sur, tus frutales en espaldera gozarán en una zona templada de más luz y calor, lo que beneficiará la fructificación. Las espalderas pueden desplegarse apoyadas en un muro o exentas. En cualquier caso será necesario instalar una estructura que pueda soportar el peso de las ramas y la fruta cuando la planta sea adulta. Los frutales en espaldera pueden presentar infinidad de diseños, desde los más formales y regulares a otros más libres que respetan en mayor medida el crecimiento natural del árbol.
Fuente: Técnica del cordón vertical
Contra una pared, colocando una espaldera, o sin adosar, con una contraespaldera deberás preparar un armazón a base de alambres horizontales sobre el que deberás fijar verticalmente, cada 30 cm, tutores de bambú de hasta 3 metros de altura..
También puedes optar por otra forma de cultivo más simple, el cordón vertical, a lo largo de la cual se desarrollan un serie de ramas laterales.
Para calcular cuantos árboles podrás plantar debes tener en cuenta que se coloca un árbol cada 30 cm, delante de cada listón de madera.

(M9 y M26 hace referencia a un portainjerto enanizante. Los portainjertos son plantas que cuentan con un sistema radical adecuado y que son utilizadas como sostén para injertar una yema o un pequeño esqueje de otra planta, para después crecer como una sola planta, con una característica específica, en este caso generar árboles más pequeños. )

  • Polinización

A no ser que posean propiedades de autofertilidad, la mayoría de los frutales necesitan ser polinizados por otros de la misma especie, pero de distinta variedad, que florezcan al mismo tiempo, ya que son incapaces de fecundarse con su propio polen y lograr, por consiguiente, la fructificación. Para cumplir con este requisito es más que suficiente que por cada cuatro o cinco árboles de una variedad exista o se plante un polinizador.
Consulta con nuestros expertos para saber que variedades necesitan o no polinizadores y cuales son los más adecuados.


  • Abonado

El abonado de los frutales dependerá tanto de cada especie como del terreno en que se encuentra. También influye si se trata de árboles en crecimiento o en plena producción. Debes tener cuidado con abonar de forma equilibrada para no poner en peligro la fructificación. Si abonas les proporcionas demasiado nitrógeno, perderán sus fuerzas en brotar vigorosamente, en vez de producir frutos.
Es conveniente que apliques estiércol maduro cada tres o cuatro años a razón de 15-20kg por árbol y 0,5-3kg de abono complejo por año y árbol, dependiendo de su estado. Usa abonos equilibrados o específicos para cada tipo de árbol. Cuida que sean ricos en potasio que es en gran medida el elemento encargado de proporcionar calidad al fruto.
Si ves que tus frutales muestran exceso de hojas y ramas, pero pocos frutos, no les debes abonar.


  • Poda, mucho más que cortar

Fuente: http://www.verdeesvida.es
La poda de frutales se parece poco a la poda ornamental que se practica a menudo en los jardines. La poda ornamental busca obtener ejemplares bellos y se basa por lo tanto en principios estéticos. La poda de frutales, sin embargo busca obtener el máximo rendimiento de cada ejemplar. La poda es un asunto muy serio, pues si no se realiza correctamente puedes perder la cosecha e incluso matar al árbol. De seguido te dejamos una pequeña explicación sobre la poda de frutales a modo de introducción.
Eliminar selectivamente algunas ramas del árbol permite orientar su crecimiento y darle mayor vigor a la estructura. La poda sirve también para evitar ramajes demasiados densos, que impiden que la luz llegue uniformemente a todas las partes provocando un desarrollo desigual del ejemplar. Además, contribuye a estimular la floración y la fructificación.
Existen varias técnicas para llevar a cabo la poda, en función de la edad del ejemplar y del efecto que se quiera conseguir. Debes utilizar las herramientas adecuadas para ahorrar esfuerzo.
La mejor época para podar los árboles es el invierno, cuando están en reposo. Es fundamental que efectúes los cortes en el lugar más adecuado y que sean lo más limpios posibles. Los desgarros y el uso de herramientas sucias u oxidadas dificultan la cicatrización y pueden favorecer la aparición de enfermedades.
Si has decidido cultivar tus frutales debes saber que las formas desarrolladas en dos dimensiones son artificiales para cualquier árbol que, de manera natural, tenderá a recuperar su tridimensionalidad. La poda de los frutales en espaldera es bastante laboriosa tanto a la hora de guiar las ramas en la dirección deseada como a la de mantener las formas ya conseguidas.
A esto hay que añadir la poda de fructificación propia de cualquier frutal y los trabajos de instalación de estacas, alambres, tensores, etcétera, que han de soportar la estructura del árbol. Todos estos aspectos hacen que esta técnica sea menos asequible para el jardinero novato. Se requiere cierta experiencia antes de lanzarse a cultivar frutales en espaldera, pero verás que con ganas y empeño los resultados pueden ser espectaculares.

Dentro de la poda de frutales debemos distinguir tres tipos:

- Poda de formación.
Poda en vaso
La poda de formación se efectúa durante los primeros años posteriores a la plantación. Va a ser la encargada de crear la estructura del árbol, según la forma que cada especie necesita y tu hayas elegido.
Para las formas libres deberás despuntar el tallo a 1,20-1,50 metros del suelo, dejando dos o tres ramas principales, que formarán el armazón.
Para las formas en vaso se despuntarán a 60-80cm.
Disposición en U compensada
Las formas en U (las más usadas) se obtienen a partir de un vástago o plantón. Debes podar a 20-30 cm del suelo, por encima de dos yemas bien situadas a los lados del plantón, y suprime las yemas de la base.
Cuando crezcan ambos brotes, dirígeles en diagonal sobre pequeños brotes de bambú y cuando se hayan desarrollado lo suficiente, dispón las ramas para conseguir la forma de U.
Si una de las ramas es más vigorosa, deberás compensar la disposición colocándola provisionalmente en horizontal y poniendo vertical la de menor vigor.
Técnica para conseguir una poda en U perfecta
Podrás obtener dos ramas maestras de idéntico vigor podas el plantón a 20-325 cm del suelo, por encima de una yema principal.
Elimina la yema principal central para que las yemas estipulares de los lados reciban el mismo flujo de savia. Así cuando se desarrollen, darán lugar a dos ramas de igual vigor. Deberás irlas dirigiendo y sujetando según vayan creciendo durante todo el periodo vegetativo.

Poda de fructificación.
El objetivo es aumentar la producción de frutos.
En todos los frutales hay ramas cargadas de yemas que darán lugar a las hojas y a las flores. Las yemas picudas darán lugar a las ramas y hojas y las de forma globosa, darán lugar a flores. Este tipo de poda consiste en seleccionar de manera equilibrada, la cantidad de unas y otras.
En los frutales de pepita las yemas que van a dar flor se distinguen porque son redondeadas y se encuentran en unas ramitas puntiagudas de poco tamaño llamadas dardos.
En los frutales de hueso, la floración tiene lugar en los denominados ramilletes de mayo de 1-2cm de longitud.
Fuente: http://www.verdeesvida.es
En los manzanos y cerezos se puede efectuar una poda “ de prolongación”. Esta práctica es especialmente adecuada para formas con ramas horizontales, como los cordones o el cultivo en espaldera. Se trata de arquear las ramas de vigor medio cuando arranca la estación, en marzo, o a lo largo de la estación hasta septiembre.
Debes sujetar las ramas arqueadas sobre las ramas maestras y las fructíferas cercanas, como si las enroscaras sobre un tutor. Las yemas colocadas por encima del tutor darán lugar a vigorosas ramas fructíferas, las yemas de la parte inferior, que recibirán menos savia, se transformarán en dardos, futuros botones florales o frutos. Además la fructificación será más temprana.
Tras 2 o 3 años de explotación, la rama arqueada se vuelve menos productiva y deberás eliminarla para realizar la misma operación con otra nueva.




Poda de rejuvenecimiento
En los árboles viejos la vegetación es poco vigorosa y la fructificación escasa. Debes de ir sustituyendo la madera vieja por joven, para lo cual se irán aprovechando las brotaciones vigorosas que surgirán después de la poda.
El rejuvenecimiento del árbol debe hacerse escalonadamente durante varios años.
Pero a veces hay que recurrir a podas drásticas para devolverle a un árbol su vigor. Esta técnica, conocida como desmochado, consiste en efectuar cortes severos a uno o dos centímetros del tronco principal. Se suele emplear también para controlar el crecimiento de árboles en espacios reducidos. Pero antes de acometer esta poda excepcional debes saber si tus frutales lo van a tolera bien y cicatrizan con rapidez. En caso de duda consulta con nuestros expertos; en Hedbe sabrán aconsejarte.

¿Qué herramientas usar?
Las tijeras de mano deberás usarlas sólo para las ramas más pequeñas. Constan de una hoja cortante en forma curva y otra que sirve de apoyo. Las tijeras de una sola mano se emplean para podar ramas de unos 20 milímetros de diámetro, y las de dos manos para cortar tallos de 30 milímetros en adelante. Los mangos largos de las podaderas de dos manos ahorran mucho esfuerzo.
Si necesitas cortar ramas gruesas, deberás usar las sierras o serruchos de poda. Los hay de muchas clases en función de su tamaño, el tipo de dientes, el espesor del cuerpo (rígido o flexible) y la forma de la hoja (curva, recta o plegable). Es fundamental que los dientes estén perfectamente afilados.
Los cuchillos o navajas de jardinero los utilizaras para rematar determinados cortes de ramas gruesas que no quedan limpios con otras herramientas. Su hoja curva y afilada favorece un corte preciso.

Cuidar la espalda mientras se poda
Si la zona de poda está en alto es mejor que uses una escalerilla o escalera de tijera para colocarte al nivel de lo que se quieres cortar. Tu área de trabajo debe quedar entre el pecho y los ojos. Si es posible, lo más conveniente sería puedas apoyar la mano izquierda sobre una pared o soporte a la altura del hombro. Intenta flexionar el codo del brazo que trabaja.





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